La albina escuchó sus palabras y pudo notar algo de nerviosismo y timidez por lo que bajó el tono de su voz y su semblante pasó de molesta a estar seria pero calmada
— Ah...yo soy Aria — ve como se va — Oye! Espera...
—... Quién eres?! — No saludó y de hecho se mostró un tanto molesta tal vez era porque no la conocía en absoluto y además apareció de la nada y sin presentarse