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«La muerte no es más que una ilusión. Un velo que en ocasiones enmascara la continuidad de la vida.»
About Me
About Me
Π |NOMBRE COMPLETO: Vittorio Trincattore Glagiardi.

Π |EDAD: Alrededor de 650 años. Aparenta entre 30 y 40 humanos.

Π |NACIONALIDAD: Italiana.

Π |FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO: Maglia de Toscana, siglo XVI. Se desconoce el año exacto.

Π |TALLA Y PESO: 1.83 mt. Alrededor de 78 kg.

Π |RAZA: Inmortal. Clan de los hijos de Ennoia.

Π |OCUPACIÓN: Director de orquesta.

Π |ALIAS: El artífice.

† |PERFIL:
Testigo universal. Durante su larga vida, se mantuvo observando las sociedades y etapas históricas sin interferir significativamente, sosteniendo que su mayor propósito es tomar el rol del espectador fiel en el teatro humano.

† |ALINEACIÓN: Neutral Caótico.


♠|PROCEDENCIA:

Sus orígenes son inciertos, puesto que alguna vez fue humano. A él mismo parece no importarle más el recordarlo. Y si le preguntan, a menudo responderá con parábolas o alusiones a alguna obra literaria o del folclore mitológico; no necesariamente de su país.

Algunas veces cuenta que fue un artista maldito que vio la luz al perder la razón. Otras, un soberano que apostó su reino por una reina demente que no era de éste mundo; y otras tan sólo un mendigo con mucha suerte. A veces alude que sólo fue una conciencia en el cosmos que se atrevió a coquetear con la materia y, atrapado en ella, se ha hecho de un cuerpo incapaz de morir, siempre condenado a observar la suerte y la desgracia de los individuos a los que tanto imita.

Un sabio o un bufón, ¿Cuál es realmente la diferencia? Conciencias superiores a nosotros se burlan de nuestra ignorancia cuando creemos dar por sentado todo lo que existe. La soberbia es la gran broma de la humanidad.

«He sido hombre, bestia y Dios. Rey y mendigo, esfinge y errabundo. Un miembro del público y un artífice, aunque las obras hechas por estas manos nada han cambiado en nuestra historia. No más respecto a la manipulación en próceres que dieron la cara por mí a la locura de un mundo siempre cambiante. Detrás de los hombres se esconde la malicia ingenua de ver, ¿qué es lo que sigue?.

Como un vulgar ladrón me vestí con la piel y el nombre de hombres y mujeres dispuestos a sacrificarse por un sueño; todos ellos héroes trágicos en su propia cosmogonía. Su virtud no venció su verbo efímero, más por eso es tan valioso. El mundo no sería el mismo sin la necesidad de vencerle a la muerte en una partida de ajedrez, aunque bien sepamos que la ruta sólo es una y la victoria es su prisionera; y aquello desde el inicio de la vida hasta que la última criatura maldiga la tierra que con tantos dolores lo ha engendrado, antes por supuesto, de perecer.

Es así, no podemos irnos sin reñir, reclamando un derecho que a base del engaño nuestra alma ya ganó, incluso antes de decidir bajar al infierno. Necedad le sobra al indolente para declarar que ya no le queda deuda alguna con la creación.»

La pizza... Pizza mozzarella