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ᴜɴᴅᴇʀᴡᴏʀʟᴅ ғᴇʀʀʏᴍᴀɴ
About Me Notes
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Amymarch · 22-25, F
No tienes cura.
Amymarch · 22-25, F
Laurie, no lo digas tanto que se me subirá a la cabeza.
Amymarch · 22-25, F
Quise desarmar el reloj de tu escritorio porque hacía un ruido molesto (por el cual no podía concentrarme y pintar) y perdí una parte importante.
Amymarch · 22-25, F
Del 1 al 10, ¿qué tanto te enfadarías si te confesara que algo qué valoras mucho fue destrozado (por accidente!!!) por amor al arte?
Amymarch · 22-25, F
My lord.
Amymarch · 22-25, F
Te extraño, un poco.
Amymarch · 22-25, F
Laurie, ¿planeabas salir hoy? Porque necesito los caballos con urgencia para ir a un...lugar y me tomará todo el día.
Amymarch · 22-25, F
Amymarch thinks you are Cool.
Ante la referencia a Kaiser su respiración se cortó por unos segundos ante la posibilidad de que le haya ocurrido algo; así que a penas escuchó que estaba bien pudo volver a respirar con normalidad, llevándose una mano al corazón. Ahora con una mueca parecida a una sonrisa en su rostro mientras relajaba su postura. Le había dado un buen susto, pero eso no quita que la había interrumpido en su camino a la cama, estaba agotada.

—¿De qué trata? —Cruzó sus dedos y deseó que fuese algo rápido.
¿Por qué el barquero del inframundo la perseguía? Lo primero que se le pasó por la cabeza fue su mejor amigo Kai, quién era hijo de Hades. ¿La buscaría por algo relacionado a su seguridad? Hacía unas semanas que no lo veía pero hasta donde recordaba, no tendría más misiones hasta que ella regresara. En el campamento las probabilidades de estar en peligro eran muy bajas, pero no nulas; así que prefirió asegurarse de su bienestar antes que nada. ¿O acaso ella había muerto y él venía a llevársela? No tenía sentido, pero se pellizcó el brazo por las dudas de forma disimulada para verificar que aún sentía. No tenía la seguridad, pero sospechaba que los fantasmas no podrían sentir.

—¿Es Kaiser? ¿Qué ocurre? —Su voz había abandonado todo tono hostil, después de todo no quería provocar la ira de alguien más poderoso que ella. Sin embargo, ya se estaba desesperando ante la incógnita de que le esperaría ahora. Los dioses no bajaban o en su caso, subían solo para dar un susto. Algo se traería entre manos y lamentablemente, ella ya formaba parte de eso quisiera o no.