— ¿Jefe? ¿Jefe de qué? ¿Tiene agua? - Y comienza a dar vueltas alrededor suyo, no tiene pinta de jefe... Bueno, de alguna caravana rara. - [?]

—Como soy un buen jefe, dejaré que me prepares uno que sea dulce.— Afirmó riendo un poco para ver su reacción, esperando a que ella acepte sin problema.

— Menta, manzanilla, té negro y limón. ¿Por qué? - Curiosa, es muy curiosa. Y carga demasiado té quizás, le gusta bastante ¡y siempre viene bien! -

—Me acabas de confundir... Pero está bien. ¿Entonces tienes té? ¿De que sabor?— Vuelve a cruzarse de brazos con calma mientras que se pone a pensar sobre los sabores.

— El botón no, combina con mi chal. - y se coloca el accesorio en el cuello de la prenda, altiva actitud toma, como si algo tan simple cambiara por completo el atuendo. -

—Oh entonces quieres pelear apostando eso...— Levanta una ceja al notar que la chica realmente quiere pelear contra de él. —Bien, bien...

-Hace un mohín ante el golpecito, pero agradece no tener que meter la cara en agua helada por días, cosa que no va admitir tan fácil. - ¿Ganar? Ah, tengo... - Se olvida del duelo mortal por un segundo y escudriña los múltiples bolsillos. - ¡Té! Y un botón bonito ¡mira como brilla! Y... Una canica, tres monedas, raíces, pan de calabaza.

Con una buena velocidad iría a intentar golpear su rostro, pero se detendría justo delante de la cara de la mujer, para dar un suave dedazo en la frente de la misma. Riendo un poco. —Hahahaha no siento que seas una peleadora, además no ganamos nada peleando ¿Verdad?—

- Va pensando sobre que mata de flores quiere que quede su epitafio, dalias definitivamente. Sin prisa se retira todas las pulseras, y para rematar alza los puños frente de si. -

—Esa es una buena actitud.— Sonríe y solo se truena el cuello para luego cerrar los puños.