[code]Su vida como ladrón lo había llevado hasta un valle abundante en flora. Sus investigaciones le dieron indicios de lo que buscaba podría estar oculto en unas cuevas subterráneas. Tenía un largo camino por delante, así que con lo esencial guardado en una mochila y llevando ropa para la ocasión, se adentró en la densa población de árboles.

Casi media hora había pasado desde que se adentró y no habían rastros de lo que buscaba. Todo comenzaba a molestarle, pero no iba a rendirse. Ya había llegado hasta ahí y sabía que no tardaría en encontrarlo, pero la vida le tenía preparado otra cosa.

Sus pasos, dados mayormente a ciegas, lo llevó hasta lo que parecía ser una zona despejada. Totalmente opuesta a lo que había estado recorriendo. Desconocía el porqué, pero su mente se despejó cuando vio a una mujer recolectando flores. Poseía un tono inusual de cabello, pero se veía concentrada en su labor. [...][/code]