[code]Observó como casi la mata de un paro cardíaco, pero eso no hizo más que parecerle gracioso. Sus labios dibujaron una pequeña sonrisa y esperó hasta quedar frente a ella para continuar con la conversación.— Sí, a ti. Lamento haber salido tan de pronto. No era mi intención asustarte. —elevó la zurda para acomodar sus gafas de pasta gruesa y dedicar una pequeña sonrisa.— No, no. Estoy buscando algo, pero no el pueblo. Quería saber si habías visto alguna clase de desnivel en el suelo que llevara a una especie de cueva. —nunca habría dicho tanta información de lo que buscaba, pero no parecía mala persona. Es más, la posibilidad de detallar lo que buscaba sería más beneficioso si la fémina frecuentaba caminar por la zona.
— Por cierto, mi nombre es Blake. Un gusto. Eh... —Se quedó pensativo por varios segundos, pensando en como nombrarla. No quería incomodarla por llamarla de una manera extraña.— En todo caso, sólo quería saber si has visto algo así. —cambió el tema. Era lo mejor.
— ¡Por el amor a...! - Primero fue el repentino salto, luego la casi blasfemia, eso no ocurre cin frecuencia, que de entre los árboles salgan visitantes, en la densa paranoia inicial hasta se plantea que los árboles ahora le hablan, menuda loca podía ser a veces en el resguardo de sus pensamientos, se vio perdida en los mismos hasta que se obliga a volver al presente.-
— ¿Eh? ¿A mi?
- Ahí estaba, recuperándose de un susto con el regazo lleno de flores y la mirada perdida, apenas podía ver la figura ajena entre las ramas bajas de los árboles, y bien ¿Qué ha de perder con algunas preguntas? Nada. -
— Ya me has pegado un susto, no deberías preocuparte por tal detalle ahora. ¿Te has perdido? ¿Buscas el pueblo?
[code][...] No sabía si era buena idea hablarle, pero no perdía nada por preguntar.— ¿Hola? —preguntó suave; con la fuerza necesaria para que ella fuera la única que pudiese escucharlo.— Lamento haberte interrumpido, pero me gustaría preguntarte algo. —conforme hablaba daba pasos lentos para no alarmarla y sus manos yacían a la altura del pecho con las palmas abiertas para que observara que no portaba algo peligroso. Era mejor que sospechara de su extraña "presentación" que lo tachara de alguien peligroso y huyera. [/code]
[code]Su vida como ladrón lo había llevado hasta un valle abundante en flora. Sus investigaciones le dieron indicios de lo que buscaba podría estar oculto en unas cuevas subterráneas. Tenía un largo camino por delante, así que con lo esencial guardado en una mochila y llevando ropa para la ocasión, se adentró en la densa población de árboles.
Casi media hora había pasado desde que se adentró y no habían rastros de lo que buscaba. Todo comenzaba a molestarle, pero no iba a rendirse. Ya había llegado hasta ahí y sabía que no tardaría en encontrarlo, pero la vida le tenía preparado otra cosa.
Sus pasos, dados mayormente a ciegas, lo llevó hasta lo que parecía ser una zona despejada. Totalmente opuesta a lo que había estado recorriendo. Desconocía el porqué, pero su mente se despejó cuando vio a una mujer recolectando flores. Poseía un tono inusual de cabello, pero se veía concentrada en su labor. [...][/code]
