— ¿Eso te denominas? No, no me molesta, se agradece la compañía, Howl. ~

— ¡Jaja!, Creo que últimamente me la pasó mucho aquí ¿No te molesta hablar con un monstruo?— Cuestionó en un tono bromista desenredando un poco sus hebras oscuras.

— Haha, le tendré té y alpiste para tan grandiosa visita.

— Y luego vendremos a visitar a la Tía Gala— Sonrió abiertamente mientras trataba de extraer a la pequeña avecilla de su cabello ya hecho una madeja.

— Que adorables, podrán cuidar a la pequeña pandilla de aves juntos. ¿Cada uno tendrá un color? Es buena idea.

— Creo qué a mi amada le encantará tenerlas, es una mujer muy delicada... ella sabrá que hacer— Empezó a tomarlas de a una por una para colocarles entre el cesto.

— Las situaciones a veces escapan de nuestras manos, pero traen buenos resultados. Como ahora.

Ya tenía a un par de ellas entre sus cabellos oscuros, había un Howl estresado por su aspecto y eso ya no era gracioso, sin embargo se resignó. —... Tardo mucho tiempo en el baño para que arruinen de la nada mi aspecto, avecillas endemoniadas— Tomó la cesta y le agradeció cordialmente con un gesto. —... Parecen cómodas—

- Luego de unos minutos vuelve con una cesta de picnic entre las manos, nunca llegó a darle buen uso, le gustó el color en su momento, así es como tenía tantas. - Ay, ya se llevan tan bien, que alegría.

— Cualquiera se asustaría con una dieta así— Ahora fue tomando una por una entre sus manos y algunas treparon por sus hombros — Esperen, no, mi cabello....no—