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que se detuviera, finalmente le pertenecía a su Dios en cuerpo y alma, finalmente se había rendido por completo ante el entregándose así mismo. ☆ Ryuichi, te amo, siempre soñé con pertenecerle a mi Dios. ☆ Jadeo completamente duro manteniéndose debajo de su dios en una posición que indicaba pertenencia al dejarlo tener el completo control de su cuerpo.

Estar con Sakuma-san era tan diferente, cada sensación se sentía nueva, había tenido intimidad antes pero jamás había sentido un calor tan abrazador como el que sentía ahora, estaba demasiado excitado para admitirlo, las manos de Ryuichi en su cuerpo, sus palabras lo inundaban por completo, aquello que sentía en aquel momento no era fanatismo, no era simplemente porque se trataba de su Dios, solo sabía que no podría permitir que otro hombre le hiciera lo mismo que Ryuichi, probablemente si alguien intentara tocarlo nuevamente le daría un golpe en la cara, se sentía correcto estar con Ryuichi y podía sentir que de verdad quería estar con él para siempre.

Cuando este ingreso en su interior no pudo evitar gemir, aun no estaba listo y por lo tanto aquel lugar se encontraba palpitando ejerciendo presión en el sexo de Ryuichi sintiéndose aún más estrecho, Shuichi jadeaba mientras aferraba sus manos a la orilla de la bañera, aunque sus movimientos ardían en su interior no quería
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Eres mío...no hay vuelta atrás. Desde ahora solo hay un tu y yo para siempre.✦ Su voz casi era un susurro mientras jadeaba al estar dentro de él, no era para nada como tocarlo con sus dedos, podía notar claramente la diferencia, para empezar no estaba siendo delicado como había querido, había irrumpido de forma tosca en un lugar que aún no estaba preparado para él pero eso no le hizo detenerse, su instinto y su deseo de él eran más fuertes por lo que no se detuvo ni siquiera a asimilarlo cuando empezó a moverse en su interior, penetrándolo de forma acompasada y constante, irrumpiendo cada rincón de su estreches.
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Su petición le hizo estremecerse, podía sentir su aliento en su cuello, era una sensación agradable, como si hormiguease su piel y se calentara rápidamente brindándole calor. Estaba completamente excitado, lo deseaba tanto que solo escucharle pedírselo de aquella manera había bastado para obedecerle. Le acomodo suavemente y llevo una de sus manos a su miembro una vez que sus dedos abandonaron tan cálido interior y solo unos segundos después ese lugar fue nuevamente invadido.
prontamente su suave lengua acaricio uno de los pezones de Ryuichi para posteriormente dar un beso sobre este mismo y subir así lentamente nuevamente hasta el cuello de su Dios en donde se encontraba su voz, aquella que había amado y adorado tan desesperadamente.

☆ -Por favor, Ryuichi… ☆ Suplico el pelirosado con aquellas palabras que ingresara en su interior, deseaba pertenecerle con todas sus fuerzas y ya no podía esperar más.
☆ Creo que desde que comencé a cantar… mi voz siempre le perteneció a Ryuichi. ☆ Murmuro de forma inconsciente el menor mientras se dejaba guiar por su Dios, después de todo, la personalidad seria de Ryuichi nunca se había equivocado, “Shuichi me pertenece” Aquella frase se había escuchado por parte del mayor en un par de ocasiones y ahora aquella teoría se había comprobado por completo, Shuichi había estado hasta ahora con Yuki pero a quien le había pertenecido desde el comienzo era a Sakuma Ryuichi.

La voz de Shuichi se entrecortaba en suaves gemidos cada vez que Ryuichi maniobraba los dedos en su interior, aquellos perfectos dedos con los que sostenía el micrófono con firmeza y pasión ahora lo estaban tocando, Shuichi por su parte solo podía caer en un éxtasis total, sus labios ahora descendían por el torso desnudo de su Dios, aquel perfecto cuerpo que había admirado únicamente de lejos, los besos de Shuichi eran tiernos pero pasionales,
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Podía alejar todas las preocupaciones que tenía cada vez que veía al menor, esa angustia de que lo maltrataran frente a sus ojos, ya no ocurriría más porque ahora estaba entre sus brazos.

Cada roce, cada acción, todo lo que Ryuichi hacía gritaba un te amo hacía su pareja. Su forma de actuar era justo como él, oscilaba entre la gentileza y la pasión, pero nunca se detenía. Era consecuente en sus caricias, incluso sus dedos se movían con cadencia buscando ir más dentro, tomándose su tiempo para que cuando al fin pudiera llegar a él todo fuera perfecto, realmente estaba convencido de que aunque ardiera en deseo por él no quería lastimarlo. ✦Te amo de verdad...no tienes idea de cuanto tus besos me hacen perder la razón, nunca dejes de verme a mi.
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En cuestión de segundos se había dado cuenta que lo que hacían se convertiría en una de sus cosas favoritas, había visto a Shuichi reír y llorar por él pero esas eran cosas que el menor podía hacer por cualquiera. Pero ese momento de intimidad Ryuichi se encargaría de que solo lo tuviera con él por el resto de sus vidas. Quería que su amor se tatuara hasta en sus huesos, quería ser la única persona que lo hiciera sentir placer a la vez que quería ser tocado solo por él, sin importar lo que tuviera que hacer.

Eres hermoso...tu voz, tu cuerpo y tu alma, siento como cantan para mi.✦ Aunque se estaba dejando llevar completamente por el momento no podía evitar sentir paz en lo que hacían, Shuichi estaba demostrandole que lo deseaba de verdad, no había mejor cosa que esa, podía decir realmente que estaba haciendo el amor con su pareja, aún cuando todavía incluso no le había hecho suyo.
solo por su amor y rivalidad, sino que ahora más que nunca deseaba alcanzarlo para ser escuchado, necesitaba que su voz fuera lo suficientemente buena para merecer estar con él. El rubor en sus mejillas se hizo aún mayor en cuanto el adulto comenzó a explorar la circunferencia de su entrada, El cuerpo de Shuichi tembló aún más entre los brazos de su Dios, no pudo evitar friccionar aún más su cuerpo contra el contrario, ambos sexos se abrazaban debajo del agua Ryuichi lograba sentir la textura del sexo de Shuichi y viceversa, las presiones se iban haciendo cada vez más intensas y rápidas frotándose de arriba a abajo. Cuando Ryuichi introdujo su dedo en el aun estrecho interior de Shuichi, este presiono sus glúteos con timidez, sin embargo quería que lo siguiera haciendo, ansiaba la penetración y sentir por fin a su Dios adentro de él, los gemidos de Shuichi no le hicieron esperar y los dedos de Shuichi se incrustaron en la espalda de su dios.
Al escuchar aquellas palabras, lentamente los labios de Shuichi se acercaron hasta aquel cuello que tanto había deseado, que siempre lucia increíble con algún tipo de collar o lazo, no podía dejar de recordarlo con cada vestimenta que había usado, odiaba admitirlo pero siempre se había sentido celoso de sus ropas, esa tela que caía tan delicadamente sobre el perfecto cuerpo de su Dios, con timidez do una pequeña lamida a lo largo de este y comenzó a dar sutiles mordidas sin dejar marcas, lo hacía de forma juguetona, bajo hasta aquella perfecta clavícula y finalmente se animó, presiono y succiono los labios contra la piel contraria de forma tierna para poder dejar su marca, Su Dios ahora era suyo y podía presumirlo abiertamente.

Estar con él era como caminar entre estrellas, el Ryuichi infantil quería la voz de Shuichi, pero el Ryuichi adulto y serio lo amaba y deseaba, Ahora lo tenía, ahora ambas personalidades lo poseían en su totalidad, Shuichi cantaría para Ryuichi, no

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