- ¿Una mamá? -Preguntó incrédula, habiendo colocado labial en sus pequeños labios, incluso desbordado el lápiz de su pequeña y suave comisura. Entre la explicación de su padre, se le notaba un semblante desconfiado y antisocial porque aún le costaba trabajo asumir a más gente a su vida, y vaya que no es de sorprenderse ante una situación que vivió anteriormente, sin embargo era cuestión de tiempo para asumir poco a poco la presencia y tolerancia de rostros nuevos en su vida. Por otro lado, permitió que el azabache se acerque a ella, la única persona que le tiene permitido estar a su lado por única confianza.-
No puedo evitar reír de la ternura que le daba ése accionar de su pequeña. Tan así que río levemente y le dejo una caricia. — Hija, la que me dejo estás marcas fue tu hoy en día madre. No sé la ve mucho últimamente por su trabajo en los hospitales.
