-Obedeció sin mayor preámbulo, levantandose de la cama y dirigiendose al cuarto de baño, escuchandose el sonido del agua caer sobre la tina y llenar de ésta mediante los grifos que yacen abiertos.-
-Papá... -La voz de la niña nuevamente se escucha desde el cuarto de baño, y para entonces, Sapphire estaba haciendo aquello acorde su inocencia le permite.-

-S-si. -Sabía que su padre está vez habla enserio, por lo cual, no tuvo remedio alguno que obedecer, dirigirse al cuarto de baño, abrir las llaves de los grifos y comenzar a llenar la tina con el agua caliente.-

-Pa-p-pá... -Volteó a ver hacia la puerta, mientras adentra sus pequeñas manos al agua y la sangre se disuelve poco a poco hasta mostrarse homogénea al líquido cristalino y que desprende vapor.- - ¡Papá mira, por favor debes ver ésto, es hermoso! -Mencionó refiriéndose a la sangre que se poco a poco se va disolviendo.-

-Sujetó la mano de su padre y señaló en silencio el cuarto de baño frunciendo levemente su entrecejo, además de arrugar su nariz.-

- Papá no quiero ir sola... -Le explicó de la mejor manera que pudo después de haber visto algunas cosas horribles en un tiempo pasado y que aún no logra superar.-

— Sapphi...— Un silencio sé hizo presente en los alrededores de la casa. El tono carmín de la sangre había bañado por completo los cuerpos tanto el de él como el de su pequeña niña. Ante la pregunta era de como esto podría haber afectado a su hija, de ver a su padre en estás condiciones y luego de haber asesinado a una persona. Dejo escapar otro suspiro mientras bajo su mano y acarició los mechones de la menor. — Ve a bañarte, ¿sí? Hablaremos luego sobre esto pero no quiero verte manchada de sangre y ni hablar sí llega a venir alguien y nos ven así.

- Papá. -Nuevamente la voz de la niña se escuchó una vez que el azabache descansa sobre el sofá.- -Toda mi ropa está manchada de sangre. -Mencionó la pequeña habiendose retirado el vestido de color rosa pastel, y demostrando que en efecto, también el conjunto de su ropa interior yace con aquel tono carmín al igual que algunas partes de sus ondulados mechones de cabello.- - ¿Podrías ayudarme? -Se aproximó al azabache quedando a su costado por breves segundos, luego se sentó y semi recostó al lado de su padre.-

* — ¡Bien! ¡Llegamos! Hija, deberas cambiarte, no puedes estar con todas esas manchas. — Abrió la puerta y se dirigió al sofá para recostarse y dejar escapar un leve suspiro.

Centrándose en que nadie haya visto la escena de aquél cruel asesinato cometido por él tomo la mano de la menor mientras sacaba un pañuelo de sus bolsillos y limpiaba un poco el rostro de su pequeña. Dejo cerrar sus párpados unos momentos pensando en lo que pensaría su pequeña todo ésto y como también podría afectarle. Al escuchar las palabras dejo ver una sonrisa y girar su mirada hacia ella. — ¡Claro hija! Ya pronto llegaremos a casa, es muy tarde además y lo más probable es que no haya casi nadie por éstos lares. — Tanto había pasado en ése transcurso de tiempo que dejo escapar un leve suspiró a tales acontecimientos, aún estaba aquél trabajo de deshacerse del cuerpo pero era algo de lo cual no tenía tiempo de hacer. Sin huella ni rastro alguno dejaron aquél pudrefacto cadáver en el medio del sendero.

El escenario peligroso se mostraba, la noche solitaria y el sonido del viento susurrante presente. Pasaron alrededor de una hora caminando hasta llegar a su hogar. — ¡Bien! ¡Llegam

- Si, papá. -Comentó con ese sutil tono de voz, cerrando sus ojos y manteniendose en los brazos ajenos. Guardó silencio por los próximos minutos mientras iban alejandose de aquel cadáver.-
- Papá. -Susurró al oído del azabache.- - ¿Podemos ir a casa, ver tele y comer cereal con leche? por favor... -Inclinó su rostro y colocando su mejilla en el hombro ajeno, apegándose a su padre sin importar que la sangre entre los dos ha teñido más y se ha impregnado en ambas indumentarias. No obstante, nuevamente giró a ver el cuerpo habiendo deseado tocarlo y mantenerse al lado de él por más tiempo, aventurándose en los terrenos de la muerte y disfrutando su compañía enmedio del silencio, sin embargo su padre había tomado la desición de retirarse antes de disfrutar aquello que nadie es capaz de comprender en el sentir de Sapphire.-

-Poco demoraron al salir del lugar, cuán solitario oscuro y siniestro en todos los sentidos de la palabra, un escenario bastante lugubre y peligroso para ambos aun

No le importaba que su hija ya haya sabido la verdad de su trabajo como asesino a sueldo. Aquél cadáver frente suyo yacía frío, mutilado, y el rostro con una gran mirada perdida a la vez que desesperación continúa. La noche transcurría, los vientos haciendo acto de presencia en aquél acontecimiento.

Su candida mirada se centro en su pequeña, observando detalladamente el líquido carmín recorriendo por el rostro. Viendo como la inocencia hoy en día había sido un tanto corrompida. — Hija, tenemos que irnos no podemos quedarnos aquí.

-Poco le importó teñir de sangre su mejilla y parte de su indumentaria al tener contacto con él azabache, mientras yace sumida en su propio mundo y sin responder a su padre.- -... -Silencio absoluto envolvió ambos, así mismo la candida mirada de la pequeña se enfocó en aquel fresco cadáver que yace en el piso y con heridas de mayor gravedad, sucumbiendo en una terrible muerte que solo el azabache sabe el porqué merecía tal fatal destino.- -¿Puedo... Quedarme con... Sangre? -Volteó a ver el cuerpo, pero su atención está más puesta en el líquido carmín que iba expandiéndose a lo largo y ancho del inerte cuerpo.-