— Tomó algunos cuchillos y los guardo en su traje. A su vez giró la mirada a su contraria. —

No tenemos invitación ni nada por él estiló.
Tenemos pedido de matar a un viejo multimillonario. Estuve haciendo un tunel cuál da una de las habitaciones de esa mansión... Será trabajo fácil.

– La sujeto observando está, la dejo a un costado ya que según Santiago no tenían que llamar la atención, tomo algunas navajas y armas similares .– ¿. Tienes la invitación? Tenemos que dejar las cosas en una zona donde podríamos recogerlas, ya que pienso que nos revisaran ¿No.?

— Sé acercó a su armario y asu vez saco algunas armas de calibre pesado. A un costado había una katana cuál le parecío familiar...No dudo en tomarla y entregársela a su compañera. —

¡Hey!, Tú... Está cosa es de tú abuelo, la dejaste tirada por ahí la otra vez.

Lo que digas. – Se acercó al armario de su habitación, no para sacar ropa sino armas.–

— Sonrió de manera sarcástica, aún así ya estaba acostumbrado a esa actitud de ella. Dejó escapar un leve suspiro y sé dió la vuelta pará irse lentamente. —

No té olvides de la misión...¡Loca!.

– Tomo la caja, le sonrió se acercó al contenedor de basura y lo dejó caer ahí. – Mira, que pasa muy desapercibido, iré como me de la gana.

— Río de forma sarcástica. Ya era su forma de ser con ella desde qué la conoció. Aún así sé estiró un poco y sacó una caja... Cuál en ella, tenía un vestido rojo y reluciente, parecía de gala. —
No té juzgo... Sólo té explico cómo debes pasar de desapercibida en esté trabajo.

– Su ceño se frunció de forma tan notoria que tenía unas ganas de degollarlo en ese momento.– Que tú tengas la manía de planchar tus cosas no te da el derecho de decir que no lavo mi ropa .

Qué está sucia y algo arrugada...Pero no té preocupes, Tengo algo de ropa pará ti y es de tú talle. ¿Qué tal un vestido largo y rojo?.

¿ Que tiene de malo la ropa que llevo?