Como no tenía alguna misión por hacer, decidió ir a jugar con su amigo Aron, quien le había propuesto molestar a las personas que se cruzaran en el camino.
—Molestemos a ambas, me da curiosidad la reacción que podrían tener.
Respondió con cierto entusiasmo y listo para hacer dicha travesura.
Tras ver a su nuevo amigo introducir aquella bola de arroz a su boca para comer y tragarlo rápidamente, el pelirrojo se emocionó un poco pues sabía que ya era la hora de jugar a montón, su emoción lo demostró saltando repetidas veces de forma infantil y alegre, lleno de mucha energía.
—¿¡Quieres molestar chicos o molestar chicas!?— Preguntó en su típico tono infantil.
