[code]— Ezekiel es una basura, pero es una basura que necesito, su asociación se encarga de mover muchas otras cosas, quiero que te acerques a el, que sepas a donde va, así yo sabre en que momento hablar con el

No necesitaba ser demasiado especifico en cuanto a eso, menos aún, ventilar tan de buenas a primeras las razones por las que quería tratar directamente con Ezekiel. Desde la muerte de Stillwell (cubierta como un atentado terrorista) Vough había perdido a la cabeza que mantenía el orden y aunque Homelander ahora se encargaba de esos asuntos, carecía de la elegancia y el control duro que Stillwell tenía sobre la gente, especialmente sobre Ezekiel.

En tal momento de debilidad, Butcher sabía que debía de apretar las uñas y dientes, todo para obtener aquella venganza que tanto anhelaba, iba a destruir el mundo de los sups, de golpe, sin que se lo pudieran esperar y ahora, Ezekiel era la primera pieza para eso.
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No se hizo esperar la mueca de disgusto cuando Butcher le arruinó el ligue, y no se quedó sin murmurar 'yes daddy' de mala gana. Esperó a que él analizara la foto y mientras tanto, Blackbird se concentró en sus facciones. Su rostro severo que cuando dejaba ver una sonrisa se veía como un cretino llamaba su atención. ¿Cuál era el gran secreto que ocultaba? Estaba segura que tenía uno.

—Obviamente. Ya se que ese payaso se habla de tú con Dios.— Cuando le llevó el café, agradeció a la mesera con mucho menos interés para decepción de la chica que quizás esperaba algo de ella y lo tomó con ambas manos para acercarlo a su rostro y soplar, desvaneciendo el vapor.

—¿Y... solo quieres que me acerque a él? ¿Me acerco a él y no hago nada? ¿Solo lo miro? Si vas a ayudar, ayuda y dame una verdadera guía de qué es lo que debo conseguir sin ponerme en riesgo.— Dijo más como una queja.

[code]Poco le importaba que la muchacha pidiera un café grande, menos aún que se intentara ligar a la mesera, una joven que estaba en su primer empleo y que ahora estaba toda colorada, seguro que la idea de tener a esa mujer que exudaba seguridad metida entre sus piernas fue suficiente para alborotar sus hormonas juveniles.

—Te pago el motel, pero entrega lo que te pedí—

Su rostro se ilumino al momento de ver aquella fotografía y darse cuenta que ese estirado (en todos los sentidos) de Ezekiel estaba presente en ese lugar. Froto sus manos lentamente como si esa noticia fuera la mejor que hubiera obtenido en mucho tiempo, ahora tenia alguien que se le podría pegar a ese sujeto para sacar información.

—Quiero que te acerques a el, solo no le menciones de tus aventuras tallando alfombras.

Ezekiel era la hipocresía andante pero seguro que no querría escuchar las aventuras lesbicas de esa joven. [/code]

—Después del recital del viernes nos invitaron a presentarnos en un evento de caridad para las más brillantes estrellas de este agujero. ¿Y adivina quién será nuestro sponsor. Esto va a gustarte.— Mientras hablaba, buscaba en su teléfono una fotografía que le mostró a Butcher. Era ella en un traje negro, para variar con un aspecto bastante pulcro y elegante, posaba junto a un Super conocido por su altruismo, buena voluntad y toda esa mierda religiosa, Ezekiel.

Le había causado una tremenda curiosidad cooperar con el extraño hombre del FBI que la había abordado días antes. Por un momento se pensó que quizás era una tontería de su parte, pero se encontró instintivamente observando con más atención de la habitual el entorno en uno de los recitales a los que su maestro la llevó a presentarse, en un teatro por demás lujoso en el que personas poderosas de la ciudad se habían reunido para conocer al prometedor talento que el hombre había encontrado en ella.

Llegó a la cafetería más tarde de la hora acordada, según ella para causar más impacto, y se sentó como si fuera su casa en la mesa en donde estaba el agente. —Ugh, tengo un frío de los mil demonios.— Afuera estaba helado, ligeros copos de nieve caían del cielo. Se aflojó la bufanda roja y según ella coqueteando le pidió a la mesera un café del más grande que tuviera. Si iba a ayudarle, le cobraría con creces. —Pero si hablas de tu pequeño encargo pues... No mucho.—

[code]Pocas veces dejaba su hogar, en muy pocas ocasiones pero ahora un indicio le había llevado a otro país a Europa misma. Como siempre, empezó a buscar contactos y uno de los primeros fue con una muchacha, una que parecía tener vínculo con las personas adineradas, esas mismas que normalmente pagaban por los servicios de sups.

Días habían pasado desde su último encuentro y ahora, Butcher esperaba en una de esas cafeterías, con un café americano en la mesa, a la espera de que la muchacha le trajera información, algo que le pudiera llevar a responder aquellas preguntas que aún estaban en el aire, en especial sobre aquel compuesto que tanto enloquecía a esos héroes.

—¿Qué me tienes?— Elevó la mirada al escuchar unos pasos acercarse, se trataba de la chica y parecía ser que le tenía buenas noticias, buenas entre lo malo al menos. [/code]