Por instinto supuso que los regalaría e así fue, asintió a la idea de ir a los pasillos avanzando poco a poco, sus pasos eran tan suaves que no se escuchaban, una ventaja para ella y una desventaja para aquellos incautos.─Gracias mi Lord, tiene razón Nevirs seguramente se quedo descansando no es lo mismo que enviar mensaje por medio de un dragón.─ Sintiendo un claro alivio por estar alejada del sol, pues ¡Demonios tenía la impresión que se derretiria!en todos los aspectos, tanta tela en un clima así eran perturbador, pero debía agradecer el gesto de brindarle un poco de alivio.─ También disculpe seguramente mi llegada lo tomo por sorpresa. ─

-Le dio la espalda por un pequeño instante para dirigirse a los hombres detrás de ellos y con voz firme y llena de seriedad los envío a hacer su trabajo y nuevamente se dio la vuelta para mirarla y rio bajo ante sus palabras y le señalo con su mano el pasillo para evitar que el sol siguiera dándole a la joven. -

Si bueno es un poco sorprendente cuando se da ese detalle, quizá el camino ha sido muy largo el viaje para el ave, Mi Lady quizá se ha quedado descansando por ahí.

─ Baleon Targaryen.─ Repitió su nombre delicadamente guardandolo en su mente. ─ Gracias por su sentido pésame Lord Baelon debo de admitir que me sorprende saber que mi madre conocía a un portador de la sangre del dragón.─

Manteniendo su postura, dio un leve paso hacia atrás para ocultarse del sol mismo; su piel era delicada como lo eran aquellos ojos blancos, cualquiera pensaría que en realidad estaba ciega pero era lo contraria pues su vista era excelente. Dando un rápido vistazo a su entorno reconoció las características que predominan en el linaje Targaryen tal cual lo decían en sus libros. ─ Mi madre mando una carta pero veo que Nevirs no la trajo, se abra perdido esa ave tonta.─ Una sonrisa se asomo en sus labios, tan encantadora que ocasionó un leve suspiro en los demás haciendo que desapareciera tan rápido que apareció.

Baelon Targaryen, Lady Stark.

-Menciona el albino cuando el guardia se alejo de ellos dejándolos a solas, su mirada violeta la escaneó ligeramente y sonrio ladino, sin duda era una chica linda aunque le invadía la duda ¿Quién la había dejado ahí sin más que aquellas palabras? Escucho murmullos de sus hombres mencionando algunas cosas del Norte y sobre todo que era imposible que una belleza como ella viniera de aquella tierra.-

Como debe asumir conocí a su madre hace un tiempo atrás, lo siento por su perdida.

Darice en todo momento escondida detrás de aquel guardia aunque el hecho era que no funcionaba, de igual manera fue notada. Se asomo un poco cuando el silencio reino en el lugar ¿que sucedía, no estaba entrenando? Alguien caminaba hacia su dirección, si estuviera su primo a su lado seguramente hubiera aferrado a el buscando seguridad, pero ahora estaba sola en un sitio que apenas y llegaba a reconocer.

Hizo una reverencia sujetando las esquinas de su vestido a modo de saludo. ─Encantada de conocerle me llamo Darice Stark mi madre me pidió que viniera con usted.─

-Estaba entrenado combate cuerpo a cuerpo con uno de sus compañeros cuando escucho las puertas del lugar abrirse no era tan común ver rostros extraños en aquel lugar, el resto de los hombres que estaban mirando la pelea habían dejado de prestarles atención al ver a la joven rubia entrando cerca de la arena de entrenamiento, grande fue la sorpresa para el albino al reconocer ciertas facciones de aquella mujer que en algún momento había sido su amiga y maestra, detuvo la pelea para caminar hacia la chica si ella estaba ahí significaba que aquella mujer había muerto entonces.-

Su primo la había dejado en la puerta de entrada pero no sabia que esperar, estas se abrieron dando el paso a la joven Darice para poder instalarse. Claro que el cambio de clima ya le estaba afectando ocasionando cansancio a su cuerpo. ─Ya estoy aquí madre.─ Comento para si misma siguiendo las indicaciones de unos de los guardias que la conducía hacia la arena de entrenamiento.