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User1564761 · 31-35, M
- En un intento de evitar discutir, y decidido a oír lo que fuera que ella tenía por decirle, Travis fijó sus ojos en los de la chica, en una súplica silenciosa por franqueza. A pesar del conflicto que sentía, su tono se mantuvo tranquilo, sin atisbo de enojo o agresividad; el varón era muy comprensivo, demasiado en ocasiones: más con alguien que amaba tanto, como Fleur era. - No me estás contando todo, ¿cierto? Te siento... Forzada.
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- Quizás era que conocía demasiado bien a las mujeres que amaba; pero no se podía quitar de la cabeza una sensación insidiosa, como si hubiera algo más detrás de las palabras de Fleur. Podría ser que, tras tantas veces que ella había amenazado con marcharse, un viaje "al otro lado del charco" le pareciera el cumplimiento de esas palabras... Pero no; Travis siempre había sido sincero y hablado con el corazón en la mano, podía esperar lo mismo de ellas. Sin embargo, debía cerciorarse... - Fleur... - Comenzó, sin saber muy bien a dónde quería llegar, o si estaba dispuesto a indagar más allá; su pulso se aceleró un poco, sin saber qué descubriría, o si al menos había algo por descubrir. Se armó de valor. Tras apretar los labios por un breve instante, continuó, mientras intentaba suavizar su suspicacia al acariciar la cabellera de su esposa. - Lo siento, pero hay algo que me incomoda.
tiempo sin ti. ~ Sus delgados dedos buscaron la bertura en la bata para abrirla con lentitud. ¿Se daría cuenta de que estaba desviando el tema? No tenía idea, Travis era perspicaz. ~
~ Travis, no me mires así, por supuesto que no le estaba contando todo, tenía una cena importante con un diseñador de renombre que quería hacerla su musa pero, conociendo a su esposo, tal noticia serviría solamente para dejarlo intranquilo, la fragilidad del gusto de Fleur por ese núcleo familiar inspiraba desconfianza, Lexie incluso había creído varias veces que Fleur se iría si otro hombre lograba brindarle un amor monógamo. La había oído cuchichear con Vivian; era menester que Travis no se enterara de todos los detalles. ~ Será un corto tiempo, una semana, semana y media. Después de unos días de la pasarela viene la semana de la moda, es importante para mí. Lo sabes. ~ Contuvo la respiración unos segundos disgustandole lo bien que se le daba omitir detalles y, después, sacó el aire con suavidad y comenzó a rozar su nariz contra la mejilla de su maridos, dirigiendo ésta hasta el oído de él y susurrando: ~ Tendrás que darme mucho amor ésta noche para poder sobrevivir todo ese
User1564761 · 31-35, M
¿Cuánto... Tiempo estarás fuera? - Preguntó, tras unos segundos de silencio; su voz había perdido gran parte de la chispa prometida desde medio día, la que había animado sus palabras al llegar a la alcoba. A ´pesar del desliz momentáneo, se compuso de inmediato y trató de sonreír una vez más; aunque la expresión en su rostro fue mucho más sobria que la anterior. -
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- Parte de su promesa sobre mimar a su esposa incluía acomodarse a lo que ella deseara, razón de más para dejar que ella se acomodara a su gusto. Parecía tener algo importante que contarle, a juzgar por aquella queja inusual (pues rara vez la oía hablar de sus incomodidades o problemas diarios) y por su tranquilidad al tenderse sobre él, la misma que mostró al hablar. Travis observó con atención el rostro de Fleur, sonriente tras el beso en su nariz; por lo que ella no se pudo perder detalle de los cambios en su expresión: de esa sencilla felicidad, su ceño se frunció un poco y sus labios perdieron la curva, casi volviéndose una línea recta. A pesar de su contrariedad, hubo algo muy particular: sus ojos, que no mostraron recelo aunque esa pareciera ser la fuente de su molestia. Se apagaron un poco, mas no se tiñeron de desconfianza; Travis creía a pies juntillas que Fleur sería incapaz de ocultarle algo. -
Hoy tuve un día muy pesado... ~ No era propio de Fleur expresar sus pesares pero tenía que hacerlo para llegar al punto que quería y para que comprendiera, de cierta forma, que no era algo malo. Desde que se había vuelto la esposa que más lo retaba todos se cuestionaban sus acciones y tomaban cada salida que ella tenía como un intento de abandono; tenían razones de sobra, Fleur ya había dicho que se iría para nunca más volver mínimo unas cinco veces pero, en esa ocasión en especial, no era el caso. Acomodó bien su figura a la de Travis, recostandose en el sillón, intentando quedar encima de él y - tras darle un corto beso en la punta de la nariz - se colocó el cabello detrás de las orejas y confesó: ~ La agencia quiere que haga un viaje, una pasarela en París. Mi agente vendrá conmigo. ~ Presionó los labios para evitar decir nada más y escudriñó el rostro de su pareja para no perderse sus expresiones que, muchas veces, decían más que sus palabras.
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- Esperó con toda paciencia, sabiendo que había tardado más de lo necesario en bañarse; pero era que, por alguna razón, se esmeró en ponerse atractivo para su esposa, como si la promesa que le había hecho durante el día exigiera que tomara cuidados especiales con su persona. - Lo siento... Pero ya me tienes aquí. - No tuvo que decírselo dos veces. Travis se acercó a su mujer, aceptando la invitación. La tomó en brazos y se apegó a ella, disfrutando el calor de su ser. -
Al fin, te esperaba. ~ Susurró desde el pequeño sillón de su habitación, casi se había quedado dormida. Se desperezo, tallando sus ojos y estirando sus extremidades. ~ Ven aquí, Travis. ~ Al terminar su ritual estiró sus brazos para ofrecerle resguardo en su seno.

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