-Sonrió con devoción por un momento.- Él lo es todo para mi.

-Curiosamente, con él y su carrusel de crepúsculos de ensoñación, se ve mejor la vida.

-Algo me atrajo hacia el cielo de mi amado, y pude verle, él es digno de completas alabanzas. Su canto de sirenas invisible resonó en mi corazón, en la más agraciada noche, contemplé los océanos que tiene por ojos y su rostro esculpido por los más pecaminosos y salvajes dioses.

-Me encontré con una ave que me devolvió la visión de manera temporal, sin embargo, no será para siempre, lo cuál agradezco. -Dijo con un gesto delicado manando de sus labios carnosos. - Con ella pude ser testigo del verdadero paraíso hilvanado en los más excelsos cielos. Fui su verdugo y ella mi presa. Se dieron ondulaciones de su cuerpo contra el mío,y fui testigo presencial de la sensación de vivir dentro de un nido, así como sentí como nuestras luces y nuestras sombras se anudaron y desanudaron a través del polvo emitido por el venerable sol y la sabia luna.

-Quizá es porque estoy tan fascinado con las aves, que pensé ver plumas en lugar de escamas. -Sonrió de medio lado.- Quizá la seducción a la que fui sometido, fue lo que hizo que viera ello. -Y sí, está viendo.-