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User1561280 · 31-35, M
[code]Encogió de hombros cuando Hana tomó el pan recién salido de la tostadora, un gesto que mostraba que aceptaba haber perdido aquella "batalla" y que la muchacha había sido más inteligente al anticiparse a su acción. Tomó el otro de los panes y puso otro par en la tostadora en caso de que fuera necesario, mientras veía como Hana iba al refrigerador ponía un poco de mermelada de durazno en su pan y se lo llevaba a la boca para dar una mordida.
—¿Quieres ayuda?— No tenia nada que hacer más que pasar un rato en el simulador, así que podría llegar a ayudar a la muchacha, quizá no era el más adepto al uso de herramientas pero sabía defenderse, por lo menos lo suficiente para poder arreglar cosas que salgan mal sobre la marcha.
Ese ambiente era tradicional en la estación de defensa del equipo MEKA, todos tenían una buena relación con todo y los constantes frotes que a veces existían, pero entre ellos había ese clima de apoyo y ayuda en cualquier momento.
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—¿Quieres ayuda?— No tenia nada que hacer más que pasar un rato en el simulador, así que podría llegar a ayudar a la muchacha, quizá no era el más adepto al uso de herramientas pero sabía defenderse, por lo menos lo suficiente para poder arreglar cosas que salgan mal sobre la marcha.
Ese ambiente era tradicional en la estación de defensa del equipo MEKA, todos tenían una buena relación con todo y los constantes frotes que a veces existían, pero entre ellos había ese clima de apoyo y ayuda en cualquier momento.
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DvaxHanaSong · 26-30, F
Se había reportado enferma para ir a la firma de autógrafos que tenía programada ese día, claro que los medios se habían montado toda una historia sobre ello. Sabía que había personas esperando conocerla, y agradecía su apoyo y su cariño, pero había cosas mucho más importantes. Su Meka había quedado bastante dañado de la última batalla, tenía que repararlo y no permitía que nadie más le pusiera las manos encima, por mucho que le insistieran.
Llegó al área de comida, bostezando y estirando los brazos, dispuesta a tomar cualquier cosa para desayunar. Apenas y había dormido un par de horas y el cansancio se le notaba en los ojos, pero no podía permitirse descansar.
—Nah, estoy bien así. Hay mucho trabajo por hacer, Jae. Tenía que traer a mi Meka al campo de pruebas cuanto antes.— Sin pedir permiso, tomó el pan que salía del tostador y se lo puso en la boca, dándole un bocado. Luego, fue al refrigerador por una bebida energética.
Llegó al área de comida, bostezando y estirando los brazos, dispuesta a tomar cualquier cosa para desayunar. Apenas y había dormido un par de horas y el cansancio se le notaba en los ojos, pero no podía permitirse descansar.
—Nah, estoy bien así. Hay mucho trabajo por hacer, Jae. Tenía que traer a mi Meka al campo de pruebas cuanto antes.— Sin pedir permiso, tomó el pan que salía del tostador y se lo puso en la boca, dándole un bocado. Luego, fue al refrigerador por una bebida energética.
User1561280 · 31-35, M
—Es demasiado temprano para que estes por aquí, Hana— Jae usualmente pasaba las mañanas en la base, listo para montar a uno de los simuladores y tener un ensayo. Conocía bien los horarios del resto de su compañeros, por ello podía asegurar que estaba lejos de ser la hora de Hana Song.
No le molestaba la compañia, en lo absoluto, pero era un tanto extraño tener a alguien acompañándolo, Jae ya había aprendido a pasar las mañanas solo, con audífonos en los oídos y tomándose su tiempo para poder preparar su desayuno, cosa que hacía cuando Hana llegó.
Abrió el compartimiento donde se encontraban las tazas y sacó la suya, girándose para mirar hacía donde la muchacha —¿Quieres chocolate? ¿Café?— Justo cuando terminó de hablar, se escuchó el pequeño sonido del tostador, mismo que sacaba aquellos panes que había puesto antes.
Aquello era un día normal, algo que parecía común, pero era el inicio del día de aquellos que defienden Corea.
No le molestaba la compañia, en lo absoluto, pero era un tanto extraño tener a alguien acompañándolo, Jae ya había aprendido a pasar las mañanas solo, con audífonos en los oídos y tomándose su tiempo para poder preparar su desayuno, cosa que hacía cuando Hana llegó.
Abrió el compartimiento donde se encontraban las tazas y sacó la suya, girándose para mirar hacía donde la muchacha —¿Quieres chocolate? ¿Café?— Justo cuando terminó de hablar, se escuchó el pequeño sonido del tostador, mismo que sacaba aquellos panes que había puesto antes.
Aquello era un día normal, algo que parecía común, pero era el inicio del día de aquellos que defienden Corea.
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