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User1560457 · 31-35, F
...cuerpo y no paraba aún cuando ella suplicara que lo hiciera, aunque ambos sabían que era un simple juego que ambos disfrutaban y gozaban. La lujuria que llevaba siempre encima y la forma tan poco sútil de demostrarla, todo en él hacía que Vashet se sintiera terriblemente atraída. Por eso su sonrisa se volvió a dibujar en sus labios, no hizo ningún gesto de dolor ni tampoco puso mayor renuencia cuando la bajó. Notó ese bulto en su entrepierna y ella misma sintió como su cavidad comenzaba a lubricarse. Una vez en el suelo y tras escuchar sus palabras, soltó una pequeña risita que no pudo contener. — No podrías hacer eso, mi rey... ¿Qué diversión podría haber en alguien que no tiene voluntad? —las raíces se fueron relajando, liberando sus brazos, sus pasos siguieron los ajenos y así, continuaron la marcha, como si nada de aquel arrebato hubiera pasado, como si fueran una simple pareja que paseaba a la luz de la luna.
User1560457 · 31-35, F
La mirada de Vashet era desafiante, ni un solo minuto la apartó de los orbes rojizos de su esposo. "Tal para cual", había escuchado en varias ocasiones, no había forma de negar que en efecto, la dupla que hacían tenía bastante sentido. En el pasado, había repudiado sus matrimonios y solo por el poder que le ofrecía su posición los había mantenido, pero apenas y había tenido oportunidad, se había desecho de ellos. No era el caso de Nightingale. A él lo había elegido, más allá de las oportunidades que su espada pudiera brindarle o el futuro tan prometedor que había vislumbrado, había algo que a Vashet le había llamado la atención por encima de esas cosas; la intensidad de las emociones que el conquistador tenía era algo que simplemente le fascinaba. Era demasiado apasionado en lo que hacía, siempre exagerando y sintiendo al límite todo. Vashet disfrutaba de aquellos arrebatos, disfrutaba de como se adueñaba de sus deseos, aún cuando ella misma se los diera, de como poseía su ...
llevan la cadena del Clan Aeternus. Si he de domarte como lo hice en el pasado, alargare tu tortura hasta que pierdas completamente tu voluntad y seas simplemente una muñeca inútil. +Aquello mas que una realidad, era una amenaza, pues si Nightingale podría mantener sus dones y su poder anulando completamente su voluntad, ya lo hubiera realizado hace ya mucho tiempo.+
tumulto de sus vestimentas, que indudablemente señalaban los placeres carnales que tanto se relacionaban en el como la codicia, la lujuria, la violencia y el poder, era un repulsivo caballero, y aquello le fascinaba. Su furia incontrolable parecía calmarse justo a tiempo, mientras la despiadada sonrisa se tallaba en sus finos labios carnosos, y a su vez, la diestra soltaba el fino cuello de su compañera. Volvió a entonar, mientras su mano cautiva ejercía tremenda fuerza sobre las raíces, intentando arrancarlas del suelo donde ejercían peso contra el, las venas de aquel musculo señalaban el esfuerzo que eran capaces de usar, y la fuerza bestial que poseía el caballero. Con singular tranquilidad, el Señor de la Guerra volvió a dirigirle la palabra a su señora, mientras que una vez mas, le daba la espalda para continuar con su paseo.+ Tu vida y tu alma me pertenecen, así como tus talentos, tu cuerpo y tu voluntad...
+Gruño como una bestia salvaje, pues su frenesí indomable le hacia un cruel asesino que poco y nada conocía de la piedad, incluso con aquellos que hacia llamar aliados, mucho menos con quien consideraba su propia esposa; su mas fiel confidente. El peliblanco podía quebrar su cuello en segundos, quebrarla con su tremenda fuerza como si fuese simple porcelana, pero nada de ella obtendría mas que un inservible cuerpo. Ella, jamas dejaba de desafiarlo, aun en situaciones donde la crueldad y la furia de su marido podrían borrarla de la existencia se negaba a simplemente permitirlo, las duras raíces de los arboles se habían anudado en la mano estranguladora, a pesar del semejante peso y dolor que generarían en un simple humano, aquello no se manifestaba en el elfo oscuro, cuyos rojizos ojos no se apartaban de ella, observándola tan perfecta bajo su poder, que no pudo frenar si quiera el impulso que se generaba en su entrepierna, mostrando la excitación de tan infame señor de la guerra en el
User1560457 · 31-35, F
momento a otro. Mientras que las palabras de su esposo le taladraban en la cabeza, sus manos inconscientemente se aferraron a aquel brazo que la sostenía. — Ni siquiera yo puedo ser dueña de algo que aún no sucede... —sus palabras eran ahogadas, un hilo de lo que era en realidad su voz, fueron acompañadas de el sonido de un latigazo. Tras aquelña bestial escena, las raíces de los pinos que cubrían el sendero habían brotado, como si fueran víboras se habían ido acercando, esquivando rocas y otras raíces, hasta que como cadenas, se habían aferrado al brazo del fornido espadachín. Era un acto reflejo, Vashet no era idiota, aún con el carácter tan mierda que Aeternus tuviera, no podía decir que era del todo conveniencia su relación. La cadena de raíces se fue cerrando más y más, ejerciendo presión en aquel brazo, no era una amenaza real, al menos no todavía.
User1560457 · 31-35, F
Antes de que Nightingale llegara a devastar su reino, Vashet lo había "observado" en su manto, le seguía la pista, realmente decir que ella lo había buscado era algo bastante acertado, pese a que por todos lados del Inframundo se escuchaba la leyenda que se suponía era su esposo, no lo creyó hasta que ella misma vio el poder de destrucción que tenía. Lo siguió por años, caída tras caída de grandes imperios. Y aún con todo aquel tiempo de conocerlo y siendo una de las más poderosas oráculos, le seguía sorprendiendo de vez en vez. La rapidez con la que se movía, el humor que de un momento a otro cambiaba y el instinto asesino que en él brotaba tan repentinamente, se le hacía cada vez más familiar, pero no por ello más tolerante. Vashet no era mujer fácil de doblegar, la presión en su cuello y la falta de oxígeno le hizo activar en un segundo sus instintos más básicos de defensa, a pesar de que no estuviera en peligro real. Fueron sus habilidades como hechicera las que hicieron gala de un
AEternusNightingale · 61-69, M
embargo se abalanzo sobre el cuello ajeno, aquel fino cuello de cisne sufriría la presión de la colosal fuerza asfixiante del Conquistador, que sin interesarle la dulce charla que habían llevado antes, su faceta mas cruel pareció entonarse mientras la levantaba del suelo que antes habían caminado, hasta ponerla casi a su altura. La asfixia seria lenta, pues no buscaba matarla, al menos no aun.+ ¿Como saber que tus visiones no son una mentira? Crees que eres la dueña de mi destino por verlo. +Le grito el salvaje guerrero, mientras anhelaba una pronta respuesta, cargado de rabia e infamia, dejaba suficiente espacio en su agarre para oír una tan ansiada respuesta. Su zurda iría detrás de su espalda, justo por donde su capa impedía ver que tenia entre manos.+
AEternusNightingale · 61-69, M
+Nightingale se mantuvo firme en su lugar, oyendo atentamente sus palabras mientras en las tinieblas de sus pensamientos las mareas de su objetivo parecían confundirle tantas veces, por eso su actitud siempre era tan voluble y muchas veces, tan explosiva que le hacían confundir por un insano rey. Se dejo llevar un instante por su rabia, sintiendo el peso de su esposa en su espalda, se voltearía en aquel lugar con la velocidad de un caballero en combate, la abordo de frente, como una sombra que crecía en lo amplio de una noche espectral, su tamaño y su porte era superior, su pecho al descubierto anunciaba su blanca piel, rodeada por rojizas y ya cerradas heridas de todo tipo, siendo la mas colosal aquella que se anunciaba por lo amplio de su pecho, la causante de su primera muerte, el gran señor dejo caer su melena sobre su rostro, casi ocultando sus facciones, mientras que soltaba la mano de su esposa, y así, de improvisto, inicio su colosal actitud, levantando aquella diestra sin...
User1560457 · 31-35, F
... Cambiara. Era un temor ciertamente infundado, no había ningún peligro para ese reino en aquel momento, suponía que era un pequeño rezago de la "humanidad" que en algún momento tuvo. Ya había pensando en ello y sabía que tenía que hacer algo para deshacerse de esos restos. Aún así, la mayor parte del tiempo podía ignorarlos y seguir siendo la bastarda que hasta ese momento había acompañado a Nightingale, después de toda la mierda de la que se había tenido embarrar no le resultaba difícil soportar un poco más.

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