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*Esperó a su hermana en un acantilado, en medio de sus territorios, una zona neutral. Se inclinó en una rodilla encima de las rocas y miró al resto del terreno. Algo andaba mal en sus tierras... Los animales morían repentinamente, las hiervas se secaban. Era hora de reunirse con su hermana.*
 
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Svartya · F
Svartya era sensible al calor, seguramente una condición parecida a Sirith; el calor era ciertamente sofocante, comenzó a hacer difícil seguir ahí observando. La energía que desprendía era poco común, Svartya tenía experiencia en las cosas que irradiaban oscuridad, gracias a su poder purificador; sin embargo esta se sentía distinta, mucho más fuerte.

─ Salgamos de la cueva, necesitamos pensar─ . Agregó dando unos pasos hacia atrás, tomó la mano de su hermana y la guió hacia la salida. ─ ¿El mundo? No creo en esos castigos Sirith, tú mejor que yo sabes que la oscuridad siempre tiene a alguien detrás. Debemos descubrir la fuente y así ganaremos─
User1558269 · 41-45, F
El túnel se expandió y formó una amplia cueva que se había abierto paso a si misma a través de derrumbes, que aparentemente eran provocados por gruesas raíces que habían salido de la tierra. Al centro de todas ellas había un tronco de madera completamente negra, que había dado paso a ramas de hojas azules y brillantes, pero que a pesar de su hermoso color parecían irradiar oscuridad. Era un árbol de energía negativa, tan fuerte que probablemente ni siquiera ellas podían estar cerca de tal aberración, que producía un calor incómodo que pronto la puso a sudar.

- Es como si el mundo nos estuviese castigando.
Svartya · F
No dudó un solo momento en tomar la mano ajena, con suavidad y delicadeza se aferró a su preciada hermana que la guío por su territorio. Pudo notar la preocupación y el desconcierto que ella tenía con respecto a la situación que azotaba sus tierras. Svartya trataba de imaginar la clase de mal que podría preocupar o siquiera alterar la tranquilidad de Sirith. El camino fue bastante tranquilo hasta que una luz extraña en color y en lo radiante de la misma, interrumpió el silencioso andar de ambas hermanas; al fondo de la cueva yacía un misterio que aunque no terminaba de visualizar o entender, erizó la piel de Svartya, haciendo que llevara su diestra a su boca, ahogando una expresión de asombro. ─¿Cómo llego esto aquí? ¿Quién lo descubrió? parece más grave de lo que imaginé ─.
User1558269 · 41-45, F
*Le tomó la mano y entreenlazó los dedos con los suyos. Al menos en ese instante podría haber paz entre ambas. La encaminó con ella hasta una vereda para descender de ese punto alto, que ocultaba una cueva en sus faldas. Caminó hacia el interior de la misma, cuya oscuridad se veía interrumpida por una extraña luz azul fuerte que provenía del fondo, al cual se aproximaban.* Lo descubrimos hace algunas horas...
Svartya · F
La sangre, la magia unía a cada uno de los dragones, hacía que entre ellos pudieran sentir la cercanía. Al llegar al lugar Svartya sintió una extraña sensación, a su camino había notado algo peculiar, los animales parecían rehuir de ella. No sé detuvo a pensar en ese tétrico detalle, pues tenía prisa por llegar ante su hermana, sin embargo, era extraño ese comportamiento pues normalmente los animales se acercaban a ella, gracias a que podía comunicarse con ellos y calmarlos. Estrechó entre sus brazos a su querida hermana, permitió que besara su frente y por su parte apretó contra ella su cuerpo y depositó un beso en cada mejilla de su contraria. ─ Yo también te he extrañado, no sabes lo feliz que me sentí al ser invitada por ti.─ en su rostro se mostraba la alegría que sentía de este reencuentro, alzó su ceja, intrigada ante las palabras finales de su hermana. ─¿Un mal? Cuéntame lo que está pasando, te aseguro que haré hasta lo imposible por ayudarte.─
User1558269 · 41-45, F
*Se levantó de inmediato al reconocer la voz de su hermana, cálida y gracil. Su propio cuerpo se movió por si mismo llamada por la sangre, y de inmediato le pasó los brazos por la cintura y la envolvió en un abrazo. A pesar de las rivalidades, de los distintos objetivos que seguían, ella continuaba siendo su adorada hermana.* Te he echado tanto de menos... *Apegó los labios a su frente.* Y me temo que te he llamado porque hay un mal azotando mis tierras.
Svartya · F
Tenía una invitación de su hermana Sirith a sus dominios, sorprendía un tanto a Svartya luego de que había pasado bastante tiempo sin ver a la dragona poseedora de un gélido. Le tomó varias horas llegar hasta el territorio de su consanguínea. La albina llegó y por la parte de atrás de dónde estaba reposando Serith, a sus espaldas pudo observar que ella tenía la mirada perdida hacia el resto del paisaje. ¿Cuál era la razón de tan repentina llamada? Svartya tenía genuina curiosidad por conocer las razones y su felicidad era grande por poder reunirse con ella. ─ ¡Hermanita! Lamento la demora, pero tal parece que este territorio yo no lo conocía─ saludó mientras se acercaba hacia a ella y a pocos pasos se detuvo para hacer una reverencia para saludarla.

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