— Por supuesto, lo imaginé, Scáth. — Agregaría aquel llamado Sentata, mientras alzaba su mentón y sonreía con orgullo, notando sin duda aquello en su mirar, y luego de aquello simplemente entrecerraba los ojos, llevando sus orbes carmín hacia el cielo, pensativo.
-Una ligera diferencia en su mirada se podria notar, no era en efecto molestia pero quiza algo que solo el peliazul entendria entre ellos- Debo cuidar de mi aprendiz, no podria ser llamada Maestra si no cuidase de ti...solo...solo eso.
— Suenas preocupada, Maestra, cualquiera diría que aprecias más a este "Perro" de lo que demuestras. — Admitió el confiado hombre como siempre hablando sus palabras de modo directo, sus ojos carmines se posaron en los de la chica, mientras claramente su tono se mostraba travieso, pero quizá sus palabras tendrían cierto significado y resonancia.
— Se nota bastante cómodo eso ¿No es así? Eso largos entrenamientos terminan siendo agotadores. — Acotó con una sonrisa amplia, y siempre con ese dejo de malicia.