- ¿Aiolos? -Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal, prontamente giró su mirada de manera rauda y precisa, viendo entre la negrura de la noche la bellísima armadura de tono púrpura con brillosos destellos. Su fiel compañero de combate y amigo regresó, sin embargo Cham Cham notó el peculiar tono de la armadura, es claro que no es dorada como la conoció en un principio pero no le tomaría la debida importancia, pensaría que el cambio de armadura se debía al alto rango que un guerrero logra llegar después de grandes hazañas.- Aiolos icniuhtli. -Agradeciendo a los dioses se aproximó a él para darle nuevamente la bienvenida.-
*Tan pronto que se acercó más a él, el chimpancé de nombre Paku Paku advirtió a la jovencita en abstenerse en acercarse más a el, por supuesto que la petición no se hizo a esperar quedando a una distancia prudente.*
-A-Aiolos ... t-tu aura, ... es oscura. ¿Qué ha sucedido? T-tu ... eres oscuro, no eres el caballero de antes. No puedes mentirle a Cham Cham, sé que algo tramas. -Diría preocupada por su querido amigo, exigiendo una respuesta, ¿y porque no? ella intentaría por cualquier medio a guiar al joven de nuevo por el buen sendero.-