[code]El sonido de las cuchillas deslizándose contra el hielo llamó la atención del pelirrojo que espectaba los alrededores. Parecía... ¿una chica? Era difícil determinar si se trataba de un chico o una chica, ya que la mayoría de las mujeres en dicho deporte, lucían menos voluptuosas que en otras disciplinas. Aunque pensándolo bien, el traje que llevaba no tenía una falda... lo más probable es que sí, que fuera un chico. Qué tonterías estaba discutiendo Ayato en su mente, algo sin sentido. No le dio más importancia por el momento y esperó a que el evento comenzara y concluyera.
El evento había sido a puertas cerradas, por ello fueron muy pocas las personas que pudieron asistir al lugar, incluyendo la prensa. Esto había servido principalmente para que los inversores y patrocinadores pudieran ver prospectos que merecieran su dinero para impulsar sus carreras deportivas.
Una vez concluido todo, Ayato bajó las escaleras y se dirigió hacia los vestidores, dónde se encontraban la mayoría de participantes y los propios inversores. Ya dentro del sitio, se percato del tumulto de gente que hablaba sin parar. Él estaba intentando localizar al organizador, quién le había invitado al evento, pero no lo hallaba por ningún sitio. Caminando descuidado tropezó con algún sujeto y le hizo perder el control, cayendo sentado junto a una silueta humana que se estaba retirando los patines.
«Es aquella persona que vi patinando al principio» Debido a que el cabello rubio le cubría el rostro, Ayato no podía corroborar con lo que había estado lidiando.
« Inclusive, su aroma es andrógino; no huele ni femenino, ni masculino » pensó nuevamente para sí. Más no se decidía en dirigirle la palabra.[/code]
No había nada, absolutamente nada qué le llamara más la atención que invertir parte de su fortuna en negocios rentables (culpa de su hermano Laito). Justamente la tarde de hoy se presentaría una prueba para reclutar nuevos prospectos para una especie de "Reality competitivo" de patinaje artístico sobre hielo. El productor del programa se había comunicado con Ayato, ya que era quién estaba llevando a cado la administración de la empresa familiar. Entro al enorme domo y se dirigió a la zona que le habían reservado, cerca del barandal de la pista de hielo magníficamente preparada. El área dónde él se encontraba estaba vacía, justo cómo lo había solicitado. La competición aún no comenzaría, faltaban varios minutos para que todos los participantes y los espectadores pudieran llegar.
─ Qué mala costumbre tengo con esto de llegar demasiado temprano... Debería cuidarme más y ver el reloj con mayor frecuencia ─ echó un suspiro resignado, se cruzó de brazos e inspeccionó los alrededores con la mirada.
