Quién no identifique este cóctel es porque simplemente ha vivido debajo de una piedra. Aquel inconfundible borde salino en la copa pertenece a una mezcla que muchos conocen pero pocos sacan todo el potencial: la margarita. Tequila preferentemente blanco, un triple seco, jugo de limón y solo un poco de jarabe agitados o triturados en la licuadora dan vida a esta deliciosa bebida originaria de las ardientes tierras mexicanas.