¿Acaso quería verla bastante enojada y desesperada por su vida? Pocas veces sucedía eso. Y era ese el momento por qué no le dió ni tiempo de decir una queja cuando ya la había soltado al vacío, la velocidad es impresionante y sus cabellos vuelan y se pegan algunos a su rostro.
Bajo la máscara el trepamuros portaba una sonrisa triunfante, estaba orgulloso de sí mismo por desarmar a la felina, pues acostumbraba a suceder lo inverso en cada vez que ambos se encontraban.
— ¿Qué tal si hago esto?
Antes de que la albina pudiera pronunciar una palabra el arácnido la había lanzado hacia arriba, como siempre, se aseguró de no excederse y usar más fuerza de lo debido. Solo lo necesario para que se elevarse por unos metros. La gravedad haría lo suyo al traer de regreso a su compañera (en ocasiones) y sin mayor problema amortiguó cualquier impacto al atraparla en sus brazos, lo tenía todo calculado.
Bajo todavía más sus cejas en expresión tosca y firme ante esa cargada entre sus brazos. Felicia se cruzó de brazos y negó con la cabeza desaprobando su acción.
Una pequeña pausa momentánea, la cuál aprovecha para dar unos pasos al frente; reduciendo el espacio entre ambos. Estando cerca de Felicia la cargaría entre sus brazos sin esforzarse.
