━━ Le deseo suerte en ese mundo, y tal vez pueda contarme como le va después. ━━ prestó atención a su historia, mientras esperaba pacientemente conforme pasaban los minutos la llegaba de los pedidos. ━━ Cada persona tiene sus propios gustos, en eso estoy segura. Así, bienvenido a los Estados Unidos Sascha el cirujano.

— Sascha (Alexander en diminutivo) Bolshalkov, soy oriundo de Rusia, y espero no caer en ese bache de los 30 para vivir cómo ermitaño, aislado y con dolor en todas partes del cuerpo. Si no, ni el esfuerzo de haber sido médico cirujano.

Médico de profesión, que por razones que no quiere contar dejo Japón para buscar nuevos aires a otras tierras, para olvidar todo y empezar de cero.

— Un gusto señorita Hardy, no me agrada USA, pero sus mujeres son bellas sin importar su nacionalidad.

━━ Me han contando. ━━ recalca. ━━ no querer salir de casa, dolor en algunas articulaciones, evitar la socialización, ver películas en exceso. La bebida podría tirarte en seguida.

Parece divertido hablar de eso. Hardy pidió un café cargado, americano. ━━ He escuchado de todas sus habilidades, o por lo menos de las que ha decidido contar. Pero no me ha dicho ¿Quien es usted? Yo, soy Felicia Hardy. Estadounidense.

No le incómoda le recalquen sea un 30, al contrario se muestra sincero y alegre. Mientras ve lo bonito del lugar, es algo extraño por lo transitado y caótico de la ciudad, a lo que tras ver lo agradable que es el lugar pide para si mismo una cerveza de trigo.
— Cuales son los signos de los treinta, hay cosas que un médico cirujano desconoce a veces del mundo.

Le hizo algunas señas con la mano para poder guiarlo aún lugar cerca de ahí, el escándalo de la ciudad era algo típico a lo cual está acostumbrada. ━━ Un amigo mío, colocó su propio café. Es un lugar ameno y hogareño. ━━ Tras unos minutos señaló el sitio, en la esquina. Con luces y flores, sillas por la cera. ━━ Bueno, he oído rumores sobre los primeros signos de los treinta. Espero que no le sucedan. ━━ molestó. ━━ este sitio es amigable con las mascotas.

— Restaurante donde admitan felinos no, conoces algún restaurante o lugar donde se pueda comer y admitan gatos.
Es ruso y no conoce nada de la unión americana ni de sus costumbres, por lo que le pide a la chica Neoyorquina le enseñe la ciudad.
— La edad no me molesta, 29 años.

━━ Es una formalidad, claro está. ━━ recalcar eso, era importante...es una forma decir que no fue ella quien hablo sobre edades. ━━ Comprendo, un sitio a dónde esté peludo pueda ingresar sería adecuado.

— Háblame de tú, ya se que soy mayor.
Mostrando cara de que no hay inconveniente, ya que estará listo para recibir un orda de pequeños felinos para al menos alegrarle la existencia.
— Invito el café con todo y postre; así que no hay problema.

━━ Déjeme decirle qué, hay un sin fin de patitas esponjosas por ahí. Así que este preparado...por qué se llenará de pelo, seguramente. ━━ asintio. ━━ en ese caso, aceptaré un café. Pero no es necesario que pague por el. ━━

— No importa cuántos tenga, todos son bien recibidos.
Es un fanático de los felinos, que no le importa si son de raza o callejeros al fin al cabo son gatos.
— He hecho trabajos de los cuales no estoy tan orgulloso, pero palabras más palabras menos.
Al menos deje que le invite un trago o un café.
Su manera de agradecer que le permitan cargar al pequeño felino.