La Starlight observa cada detalle en las expresiones de su amada princesa quien se referia asi misma como llorona y otros conceptos que a Seiya no le gustaba que usara para si misma. Ya para para ella, Usagi era lo mas bello y puro que tenia, asi que proteger su sonrisa y cuidarla era lo que mas disfrutaba en el mundo.

-No hay de que mi cielo.- Dijo en voz baja pensando que solo lo habia pensado, bajo su cabeza y busco los labios contrarios para deleitarse con el dulce sabor de estos. -De nada Bombon.- Agrego pensando que no habia dicho lo anterior.

El temblor de sus labios gradualmente se calmó con los mimos de la estrella. El contacto con la piel contraria es suficiente consuelo, la suavidad de sus palabras arrullan su angustia con dulces consuelos.

Instintivamente se acerca al cuerpo de la mujer bajando su mirada. ¿Cómo podría ser tomada en serio con actitudes tan infantiles? Es una guardiana, está acostumbrada a cosas peores; no obstante, se acostumbró a la amabilidad de su amada. —No... —Admitió murmurando con un leve hipo, la bandita de conejitos estimuló una sonrisa en sus labios olvidándose de las lágrimas cayendo por sus pómulos. —Que lindo, —Comentó llevando su dedo enfrente del rostro de la otra. —Gracias. —Murmuró agradecida. Puede que por la paciencia para resolver problemas demasiado fáciles o aguantar todos sus ridículos pesares.

-No llores bombon!!!- Cuando Usagi llora, a Seiya le duele el corazon, toma su mano y le quita el guante con sumo cuidado. -Es un pequeño rasguño, estaras bien.-

Le da un besito en el dedo y le pona una bandita. -Fuera dolor!- Da un par besitos mas luego de poner la bandita.

-ya no duele querida?- Pegaba su frente sobre la de ella.