(3) Lanzas de energía cruzaron la barrera a duras penas, una última revelación antes del golpe final: cuidado, Sailor Moon, estás jugando con fuego con tu peor miedo.
Tiró el último destello de luz pese a que quedó en completo silencio por las consecuencias de la curación con las que tendría que lidiar. Sin embargo, tampoco podía abandonar a estos seres así nada más, y menos cuando Fighter la ha estado auxiliando todo esté tiempo.
El objetivo fue curado superficialmente. En el interior aún conservó aquella semilla del tormento. No sabía que pensar.
No instante, su atención se dirigió a la guerrera detrás suyo al recordar su escasez de energia. —¡Fighter! —Se apresuró a colocar su cuerpo para protegerle de una posible caída. ¿Cómo pudo ser tan... Tan? —¡No vuelvas a hacer eso! ¡Te lo prohíbo! —Sollozo amargamente. Esto no se sentía como una victoria. Para ambas partes tan solo era un final agridulce con consecuencias. Aún así, su corazón se alivio de que su amada continuara c
(2) Sin rendirse a pesar de sus temblores, de sus manos resbalando por los raspones en sus manos y el cansancio que pide a gritos descansar, jamás se detiene. Si Fighter está luchando, también lo hará. Juró una promesa en el universo que cumplirá aunque le cueste la vida.
Sin estar completamente de pie ni totalmente en el suelo mira con fiereza a la víctima del "Caos". —¿... Cómo te atreves...? — "...A dañar a otro ser más por tu ambición, Caos?", Se abstuvo de reclamarle. Fighter no necesitaba escuchar la obsesión de ese maligno ente que jamás dejaría al universo en paz hasta tenerle como un "uno" de nuevo. Cosmos se lo dijo.
Apretó la mandíbula y propagó el aura de la justicia por todo el territorio, atrayendo los ojos curiosos de los seres que habitaban en la Tierra. Tenía que darse prisa. Necesitaba curar a su amada, y, temía que caería en cualquier momento.
(1) La voz de Seiya perseveró a través de su dolor y fatiga; fuerte, cálida y valiente, chorros de energía recorriendo su cuerpo, abrumandola con suaves caricias consolando su congojado ser, levantándola en los aires para llenarla de la misma pasión tal cual ave fénix en los escombros de una estrepitosa tormenta.
Luchar. Necesita pelear. ¡De pie! ¡Es el momento decisivo!
El espíritu renovado con la vibra de un coraje inquebrantable la impulsó a abrir los ojos destellando electricidad, es el vínculo afectuosa lo que le ancla.
-No digas eso!!- Sabia que seria un locura pero ante la situación no le quedaba otra alternativa.
-Tu puedes mi amor!!- Grito y poniéndose a su lado la abrazo para sostener juntas el báculo, este brillo aun mas debido a que Fighter le dio de su propia energía vital a Sailor Moon, podría mantener su brillo un poco pero seria el tiempo suficiente para recargar el poder de su querida princesa.
(2) Los espinos de inseguridad aumentaron en su alma, afirmando que si no fuera por Fighter como apoyo adicional para sostener su báculo, habría caído hace tiempo.
—¡Agh! — ¡¿Por qué tardaba tanto en sanar el alma de...!? ¿Eh? Rayos distorsionados de magia contrastante se disolvían en toda el área. Chocando por todo su cuerpo, en su confusión, tambaleó en sostener la varita cayendo al suelo de rodillas.
La poca energía que contenía la impulsó a reponerse nuevamente de la oleada de gruñidos, los cuales parecían gritos de guerra despertando nuevas víctimas. Era demasiado. Un hilillo de fluido carmín cayó por su barbilla, apenas se dio cuenta que sus pálidos labios, carentes de agua, fueron mordidos con brutalidad por contener toda su furia. —No puedo... —Masculló apretando sus parpados. ¡¿Por qué no puede contra este demonio!? Por favor, cristal de plata, ayúdame. Te lo suplico. Ayuda...
—¡Fighter! —Reconoció la presencia a su lado con asombro, ¿Cuándo llegó aquí? No, ¿Qué hacía aquí? ¡Aún está herida, debe descansar! —¡Fighter, tienes que volver, no puedes...! —No completó la oración. Su dulce ósculo era la fuerza que la colmó de amor, las lágrimas brotaron al escuchar sobre el pastel. No, más allá de su conocimiento por su apetito voraz, que sea capaz de animarla cuando su propio cuerpo no puede... Apretó su mandíbula saboreando las gotas de sudor que caían en abundancia.
Volvió su mirada al frente, en su distracción, la abominación causó un nuevo temblor. Frunció su ceño, ¡era hora de terminar con esto de una vez por todas!
Triplicó el ataque, consciente de que esto era mucho más de lo que antes haya enfrentado... Ya hablaba de la inmensa cantidad de poder de la mente maestre de esta pesadilla. Decía mucho sobre el "Caos" controlando la menta ajena.
Las heridas superficiales habían sanado pero agotamiento físico se hacia presente, estando detrás de Sailor Moon no pudo evitar el tambalearse y caer. -Aun puedo pelear.- Se pone de pie y llevando sus manos a los brazos de la guerrera de la Luna, le ayuda a levantar su cetro.
Se sentía débil pero estar ante la luz que emana el poder de su princesa se siente recargada. -No estas sola Bombón, tu mejor amiga y la persona que te ama con locura estamos aquí.-
Deposito un beso en su mejilla y apoyo su cabeza el hombro de la Sailor. -En casa te espera el pastel que hornee para ti mi dulce bombon.-
(4) Es por ello que invocó lo más pronto su vara eterna. Las plumas sacudieron los restos de la suciedad inmunda. La brillante luz de luna eterna iluminó sus hilos de oro vibrando de poder. Con una voz imponente que solo surgía en momentos apremiantes y angustiantes, exigió disolver todo el caos que surgió sin misericordia por los seres vivos de este planeta. —¡Por el poder del cristal de la luna plateada! —Activó el comando gritando con todas sus fuerzas derramando unas cuantas lágrimas que se transformaron en cristales vibrando; esperando curar a este nuevo mal que jamás debió surgir.
No obstante, había algo raro en este monstruo. Un muro protector que forzaba a su hechizo a detenerse; tuvo que apretar la mandíbula para contrarrestar esa fuerza invisible.
(3) Tambaleó al pisar varias piedras, dislocadas de la tierra por el tremendo terremoto que sucumbió en el teatro. Su cita arruinada por este enemigo a ocultas. No obstante, sabiendo que podía recibir un ataque traicionero por la espalda al voltear su cabeza desviando su atención a la estrella que dejaba atrás, sollozó por permitir que esto saliera fuera de su control.
Al escuchar las palabras llenas de fe de Sailor Mars, su espíritu inquebrantable se animó demasiado. —Mars... —Asintió dócilmente agradecida por su ayuda.
Visualizó como aquel monstruo se retorcía en su lugar. Incapaz de aceptar la derrota, retumbó el suelo con grandes gruñidos desesperados, buscando una nueva víctima.
Heridas superficiales sanaron. La estrella se restauró lo suficiente para estar sola por su cuenta.
El miedo decidió acompañarla incluso cuando colocó el cuerpo de Fighter en un lugar seguro. Sus manos se resistían en abandonar el pilar fundamental de su mundo. ¿Cómo podría perdonarse sabiendo que es la causa de todo su dolor emocional y físico?
Al separarse de la fuerte figura de la guerrera para poder lanzar su hechizo curativo, el camino entre ella y el monstruo parecía una eternidad que deseaba evadir por estar nuevamente en los brazos de su amor.
