—¡Dios, dame paciencia porque si me das fuerza...! —Dejó caer sus manos derrotada. Sinceramente, ¿por qué se molestó en intentarlo?
Regresó a su asiento cansada de esta locura. —¿Cómo debería mantener esta relación en secreto? —Se preguntó a sí misma. Por más que Amy dijera que todo esto era incorrecto, definitivamente sabría que hacer.
Se encogió de hombros intimidada ante la perspectiva de las consecuencias de la revelación de su relación con Seiya -y, añadiendo el otro "pequeño asunto-; no quería que le prohibieran verle.
Ambas manos en su barbilla con brazos apoyados en su rodilla fue la imagen perfecta de la tristeza. —¡Esto nunca va a funcionar! —Lamentó decaída.
Sin tomarla en serio llevo una palma a su frente. —¡Minaaaa! —Agarro sus hombros para estar casi al mismo nivel en altura. —¡Eso ni siquiera es un dicho...! Creo. —Momentaneamente confundida miró al cielo antes de sacudir la cabeza. ¡Tiene que concentrarse! — Muy bien, señorita "rompo reglas porque quiero", dime tu grandiosa idea para esquivar profesores y fans alocadas.
¿Cómo podía ser tan despreocupada en este gran asunto? ¿Qué acaso no se da cuenta lo que harán los profesores si se enteran que tienen pareja y se ven en medio de las clases? ¡Eso está prohibido en el reglamento escolar!
Apretando en un puño su diestra observó seria a su amiga. —Mina, tenemos que evitar que cualquier estudiante le de evidencias concretas a los profesores. —Anunció la nueva misión con gran decisión. —¡Si lo hacen, estaremos acabadas! ¡Sobre todo yo que se supone que no debería tener pareja! Además... Algo que me da más miedo que el club de fans de "Three Lights" es... —La oración quedó al aire pero era evidente a quien se refería por sus escalofríos. "Mamá". ¿Quién sabe cómo reaccionaría?
Lo supuse -reia al verla sonrojada por ello y le sorprendio que esta reaccionara tapandole la boca mientras volaban varios dulces por la zona, estando como estaban Mina solo podia observarla y escucharla-
—¿C-C-Cómo sabes tú eso Mina!? —Se apresuró a tapar la boca de la contraria. Algunos dulces salieron disparados de su falda. Miró a ambos lados alarmada de si otro estudiante escuchó eso. —Mina, por dios... —Susurró completamente sonrojada antes de suspirar.
Llevo sus manos a la cara. Simplemente ya no se podía negar este sentimiento en su pecho.
—¿EEEh? Entonces... Soy la única que no lo ha ni empezado, al parecer. AH. —Suspiró tristona. Eso quiere decir que no tendrá tiempo de ir a ver a Seiya. ¿¡Por qué tenía que olvidar sus deberes!?
Agachó su cabeza aguantando las ganas de llorar olvidando momentáneamente comer sus dulces. Su corazón contrariado por no querer llegar a casa con un regaño de mamá y un cierro al estilo rapunzel. —Oye, Mina, ¿por qué no me ayudas con mi tarea? —Suplicó derrotada. No quería, pero debía.
