Ow... Suena a que es un pequeño afortunado, contigo tendrá todo el amor que necesita. —Le conocía un lado tan protector y maternal con Sneg que sabía que estaba en buenas manos. De pronto se enderezó y la sentó en su regazo, besando su nariz.— Pronto tendrás esa sorpresa, te lo aseguro.

— Se llama Theron, lo encontramos con Sneg pero tiene su patita mala. Parece que sus antiguos dueños lo querían para lucrar y al ser de patita débil, lo tiraron como basura. — Ese cachorro era una mezcla de perro san Bernardo pero no sabía bien, solo que es gordito y alegre. — Y si.. ¿Un día de estos nos vamos? Así sin organizar, solo irnos.

Tienes que presentarme al peludito, aún no tengo el gusto como se debe. —Ya era muy obvio que tenía un gusto por los animales, mucho más por los perros.— ¿Te cuento un secreto? Hace mucho que no voy a acampar, supongo que solo estar tirado viendo las estrellas no es del todo un campamento.

El pequeño que vale por mil. — Murmuró recordando como ha dejado un caos en uno de sus sillones. Sin embargo, cuando habla de ir al campo una sonrisa amplia y llena de felicidad se dibuja en el rostro femenino. — Si a mí también, podemos acampar. Nunca lo he hecho.

No quiero que nos quiten a los bebés peludos, recién integraste uno nuevo a tu manada. —Sonaba de verdad preocupado, aunque se estaba riendo. La cosa fue que al escuchar el sitio a donde debían "purificarse", sonrió con ternura y un pequeño aire de seducción.— Oye... Esa idea es muy buena, me gusta mucho el campo, como para un picnic, ¿te agrada a ti también?

Se relaja bastante estando encima ni siquiera se mueve, se queda inmóvil recibiendo ese beso en los cabellos llenándose de ternura cuando escucha esa carcajada. — Después vendrá la protectora y nos tacharan de malo y... pecaminosos. — susurra en volumen bajo por si las dudas.{?} — Tenemos que ir a purificarnos en el campo. ~

—Que se le acercara así lo ponía a temblar, estaba a punto de cometer un acto pecaminoso cuando la sintió recostarse sobre él. Le arrancó una carcajada y optó por besar sus cabellos y abrazarla en un apapacho.— No quiero que tus perros vean eso, no necesitan eso en sus mentes bondadosas de animalito[?].

Acepta ese robo pero... — ¿Robando, señor? Eso es pecar deberá .. — se acercó un poquito más al oído del duque para susurrar. — Orar muchísimo. — no aguanto mucho esa tensión y le devolvió otro beso pasando a acostarse sobre él. — Te perdonó porque no es sano ni recomendable pecar delante de menores. [?] — Lo dice por sus pequeños peludos.

—Respiró profundo pero los nervios lo están traicionando y no aguanta en robarle un beso, antes de echarse a reír.— Me declaro culpable, señorita, no soy nada discreto. —En cuanto la tuvo más cerca, llevó las manos a su cintura, acariciándola suavemente.—

Escucha y no pasa de alto esa risita nerviosa. Se acercó más al rostro varonil para rozar la punta de su nariz con la contraria. — ¿Me está invitando a pecar otra vez, señor? — intentó sonar autoritaria pero ambos saben que las cosas no son así.