Sonrió con una felicidad sincera, sabía que Shinobu podía llegar a tener muchas ocupaciones por sus investigaciones, por lo que el que le permitiera compartir un tiempo con ella era una verdadera dicha para el pilar del amor. Caminó a su lado; la brisa era simplemente perfecta, tan fresca y propia del atardecer que incluso Mitsuri consideró que podrían pasar la noche juntas. ¡Que maravilla sería eso! ¡Shinobu-chan! ¿Qué te apetece hoy? Sé de un pequeño puesto de dangos que son deliciosos, o incluso podríamos ir por deliciosos mochis de sakura. Hay tanta comida deliciosa que no puedo decidirme por una sola opción. Esto lo decía mientras ambas palmas se apoyaban en sus mejillas, en una acción tierna y un poco infantil de su parte. A-Aunque la comida es un acompañamiento, lo que más quiero es escucharte hoy. ¡Elije por mí esta vez, por favor!