Daría entonces un pequeño grito comprimido de alegría, toda la comida le gustaba, pero tenía especial encanto por lo suave y dulce. Pronto llegarían al pequeño puesto que estuviera en una cabaña, donde la amable tendera las recibiria y las invitaría a tomar asiento en el piso de madera, en el pasillo exterior de la casita, ofreciendo a cada una una taza de té y dejando al lado de Shinobu un plato con 3 Mochis, mientas que a Mitsuri le dejo uno con doce.
¡Vas a probar los mejores Mochis, Shinobu-chaaaan! Dijo animada mientras tomaba el primero para darle una mordida, tornándose su piel rosada, por esa alegría amorosa que le diera el comer a gusto. Por favor, no me hagas esperar más. Quiero saber de tus misiones, Shinobu-chan. ✿
Si había alguien además de Rengoku que le ayudara a animarse, esa era la dulce Kanroji, pues su energía, pero sobre todo su sonrisa, esa sonrisa que parecía ser tan cálida como el sol de la mañana y tan dulce y rosa como los mochis que ella acostumbraba a comer en grandes cantidades. Esas mejillas con ese tenue rubor carmín, llenas de alegria y entusiasmo. Muchas veces tenía el deseo de poder pararse frente a ella, y apretar aquellas mejillas como lo haría con sus hermanas pequeñas.
Caminó junto a ella y sin perder rastro de lo que decía. Ambas ideas me parecen perfectas, entonces vamos primero por unos Dangos, hace mucho que no comía algunos y después, podemos pedir algunos mochis. Siempre he querido acompañarte a comerlos. Respondió mientras seguía su camino y le miraba alegremente.
Sonrió con una felicidad sincera, sabía que Shinobu podía llegar a tener muchas ocupaciones por sus investigaciones, por lo que el que le permitiera compartir un tiempo con ella era una verdadera dicha para el pilar del amor. Caminó a su lado; la brisa era simplemente perfecta, tan fresca y propia del atardecer que incluso Mitsuri consideró que podrían pasar la noche juntas. ¡Que maravilla sería eso! ¡Shinobu-chan! ¿Qué te apetece hoy? Sé de un pequeño puesto de dangos que son deliciosos, o incluso podríamos ir por deliciosos mochis de sakura. Hay tanta comida deliciosa que no puedo decidirme por una sola opción. Esto lo decía mientras ambas palmas se apoyaban en sus mejillas, en una acción tierna y un poco infantil de su parte. A-Aunque la comida es un acompañamiento, lo que más quiero es escucharte hoy. ¡Elije por mí esta vez, por favor!
¡Vaya! siempre logra alzar los ánimos Kanrojii-san, aún incluso después de una agotadora misión. Agregó sin borrar aquella sonrisa pues la mera presencia de su compañera ya era un fresco respiro que le hacía olvidar toa penuria y estrés que provocaba la labor de ellas. Siguió aquella suave caminata mientras la suave brisa que soplaba mecía aquella haori que emulaba a las frágiles y finas alas de la mariposa, el cual era su broche en el cabello. ¡Vaya, vaya!. . . Ciertamente eres mi propio comité de bienvenida, solo espero no aprovecharme de ti. Esta bien, acepto tu invitación. ღ
¿Fujisawa? ¿Y fuiste sola? Debió de ser muy emocionante ¡Cuéntame por favor! Si algo caracterizaba al pilar del amor era su entusiasmo natural al escuchar todas esas historias que sus compañeros pudieran contarle, por lo que ante Shinobu claramente no habría una excepción. Poco a poco iban caminando hacia la salida de la base principal de los cazadores, por lo que mostró una amplia sonrisa junto a lo que le dijo a continuación. Puedes contarme mientras vamos a comer ¡Yo invito esta vez! ♡
Ara~ parece que tengo mi comité de bienvenida personal. Es tan dulce de tu parte, Kanroji-chan. Si que estas bien informada, así es vengo de terminar una misión en Fujisawa. ♡
