La gatita quiere sacar las uñas. - Mofándose de manera sarcástica al ver que se ha enojado, a lo que solo se ríe al ver como trata de atacarla. -

¡TE VOY A PATEAR EL CULO!

-Amenazo indignada casi como un pequeño animal que no podía defenderse-

Y si no quiero soltarte que vas a hacer ? - En su tono burlón sabe que si sigue así le va a sacar lo fiera y le va ir muy pero muy mal. -

-No podía creerlo, LE GANÓ al Zeppeli. Mostró su sorpresa en el gesto y se quedó observándolo-

... Bien, ahora sí... Suéltame.

Me los voy a ganar. - Viendo que es orgullosa, con agallas, y sobre todo determinada. No piensa robarle un beso y no por mala persona, si no por que en verdad quiere con ella. - Solo por esta vez tu ganas pequeña fiera.

Entonces, gánate mis besos.

-Limpio un poco las lágrimas que querían salir, no permitiría la fractura de su orgullo de nuevo y menos frente a él-

- Pese a que siempre esta sonriente y carismático, su sonrisa se borra al ver aquellos ojos cristalinos, acariciando la mejilla de Josephine, no puede creer que una enana ha doblegado al mujeriego de Caesar. - No pienso jugar contigo, lo que te dije es verdad.

Zeppeli.

-Le llamó duramente para clavarle la mirada, sus ojos estaban cristalinos, entristecidos pero con el miedo latente en ellos-

Sí juegas conmigo juro que te vas a arrepentir... Pero sí es verdad, ganatelo.

No te voy a soltar, y hazle como quieras. - Sabiendo que tarde que temprano se va a cabrear y soltarle un faul para irse, pero en realidad si desea tenerla como su pareja, y no como una más que pasa por su cama, si no que al despertar ella este a su lado. - Anda, dame una oportunidad para que veas que es verdad. Y no ando jugando contigo.

No mientas.

-Forcejeo débilmente ahí, ahora tenía un cúmulo de sentimientos; pese a que debería huir en el fondo no lo deseaba y de verdad quería creer en sus palabras pero le costaba, tenía miedo-

Ya, suéltame. -Exigio con una voz apagada y sin sostenerle la mirada-