Podría sentirse como si te encontrases en el cielo; sentidos fascinados, tu propio ser en armonía... Pero tarde que temprano, arderá... todo arderá y tu inocencia se quebrantará. ¿Sabes por qué? Porque los pecados no se expían sólo con arrepentimiento, se expían con dolor y calamidad. Esta es la cruz que llevas desde que existes, no puedes cambiar tu naturaleza.