Menciono con voz pausada y baja mientras dejaba atrás la puerta y seguía a su amiga para visitar a la otra integrante del grupo de Saga.

Visitare a Saga a solas... Sea lo que este pasando quizás pueda ayudar... Fue su ultimo pensamiento, ignoraba lo que había sucedido dentro de la habitación.

Asumía que el Uchiha había entendido el mensaje, al fin y al cabo no era el típico Saga que yacía en esa cama, pues algo estaba raro. Las palabras de la otra Uzumaki no le sorprendieron, esperaba que actuara de esa manera.

Podía percatarse cuando hacia enojar, pero las circunstancias habían cambiado y por ahora dejaría a la que se creía princesa tranquila, pues para ella no era mas que una extranjera creyéndose ser superior y el respeto se debe ganar así como el reconocimiento.

No le dio importancia a la otra chica, Podrían ser menos evidentes... pensó, al fin y al cabo así eran los humanos.

Era hora de irse pues quedaban por visitar a Hayami. Si, tenemos que ver a otro enfermo...~ le contesto a Yoko. Siguió a su amiga hacia la puerta de salida y antes de salir por el umbral de la puerta giro su cabeza para ver por ultima vez a Saga Podría ser...

Matte... Yoko San[b]...~

Su visita se había convertido en algo comunitario, y la temperatura en el lugar parecía hacerse sentir. —Bueno, bueno, será mejor que nos retiremos, Hirr-chan... —Tomo un poco de aire y sacudió un poco el cuello de su camisa y soplando en su interior con la intención de sentirse un poco más fresca. —Saga-kun — Asiente con la sien, llevando la mirada hasta Saya. —Saya-chan — Rodeó a su compañera, para poder visualizar mejor a la Princesa y poderle dar una mirada profunda, en el silente espejismo que resultaban sus pálidas facciones inexpresivas.

—Vamos, Hirr-chan, no tenemos tiempo que perder, aún falta visitar a alguien. —Volteó buscando la salida y dobló a la izquierda, justo por el angosto corredor que llevaba a los extraños escoltas que parecían estar muy atentos de lo que ocurría en el cuarto de su familiar. Sabía que Okumura la seguiría y salió tan rápido que no se percató de la dispersión del Clon.

escabullirse del hospital por la ventana. Ahora, el Uchiha se encontraba no muy lejos del hospital, transitando un parque solitario a pasos paulatinos, pero habiendo recobrado el chakra restante que había utilizado en el cuerpo falso, con un sombrío abrigo cubriéndole el cuerpo, con un capuz para ocultar su cabeza en caso de que reconociese a alguien en las proximidades. Sin embargo, aprovechó para tomar asiento en aquél lugar, enternecido por la brisa cálida que le envolvía. Sin percatarse aún que había alguien más en el sitio, escoltando sus pasos con un sigilo tan versado, que no sería fácil de detectar.

—respondió en agradecimiento con voz suave, para luego observar a ojos soslayados a Saya y su recomendación sobre la sopa que aún no había probado, y que a ciencia cierta, no pensaba probar. — Si los tipos de Kumogakure no lograron matarme, esa sopa lo hará. —desvió su mirada hacia el ventanal, y ahora el cansancio le se vio, casi palpable en su aspecto palidecido. Frunció la expresión, y apretó los dientes. — Lo siento, se suponía que no debían venir hoy. —fue lo primero que agregó, antes de que comenzaran a notar su anómala agitación; pues parecía empeorar en lugar de mejorar. Una vez más, esbozó una sonrisa cándida y sentenció. — ...Maldición... —sus reservas de chakra disminuían considerablemente y todos aún permanecían en la habitación. E inadvertidamente, su cuerpo implosionó dejando una humareda en su lugar. Se trataba de la técnica de clonación de sombras, que hace no demasiado tiempo, había hecho uso para [...]

— ... —Con semblante pensativo, tomó un hondo suspiro y sus entrecerrados párpados comenzaron a distinguirse en fatiga, viéndose con un aspecto de sopor, respondiéndole a Hirai principalmente al asentir con su cabeza. La diestra que sostuvo su rostro, ahora deslizaba los dedos en sus facciones, como si intentase sobrellevar un altivo recato y compostura. «...No podré tolerarlo por demasiado tiempo más ¿Por qué debían venir?» fue aquéllo que se preguntó, en aras de ocultar sus pensamientos. No obstante, después de haber escuchado las demás intervenciones, lo que más atrajo su atención fue el nombre de Hayami y el obsequio que la princesa Uzumaki le ofrecía. Respiró con pausa, esbozó una gentil sonrisa y cerró sus párpados, extendiendo la diestra para recibir aquél manojo de flores, y las reposó suavemente sobre sus piernas, aún veladas por la manta que le arrebujaba. — Gracias, Cho. —[...]

(..) — Deberías de comer la sopa, si no comes tardaras más en recuperarte.. y no podrás salir de aquí. ¿O no te gusta la calabaza? ¿quieres otra cosa?. —

"Debería descansar, y acaban de retumbar mis oídos con su entrada. Podrían tocar la próxima vez." No había pensado en tocar, solo había querido hacer entrar a Cho a la habitación. — Eh, pero si debes de estar muy aburrido aquí solo, necesitas diversión para curarte más rápido. — dijo convencida, una de las partes más importantes para una recuperación exitosa era el apoyo emocional.

No presto atención a lo que sucedía ahí y se distrajo con unas enfermeras que estaban platicando en el patio al que daba la ventana de Saga, se veían muy interesadas hablando de algo o alguien, era muy probable que luego lo supiera por que en el hospital las noticias corrían rápido.

{ Pensé que Ayato estaría aquí. ¿Qué demonios esta pensando?. } pensó para si misma y le sonrió a Cho antes de que se escondiera detrás de ella. Luego sus ojos se posaron en la sopa de calabaza que parecía estar fría e intacta. (..)

— Luego de aquello, se dio cuenta en sus brazos que aún tenía sus flores así que bajando su mirada y estirando sus manos, las ofreció al Uchiha, quien como siempre, tenía la mirada muy fría, pero no importaba..Cho sólo quería verlo y ya cumplió su misión, aunque de una forma muy precipitada — ¡Son para ti! Saga- Kun... Perdón por el barullo innecesario..— Aquello último no era solo para él, si no para todos los presentes comenzando por ellos, no tenían la culpa de lo inútil que aveces era la Uzumaki. Luego de eso, se escondió detrás de Saya, intentando no llamar la atención, como siempre.. —

— El destino toma muchas vueltas y su Onee-San Saya le dio una lección; la hicieron entrar -Casi, en contra- de su voluntad, por que su tímida personalidad no le permitía, pero su corazón lo anhelaba. Por lo que cuando fue empujada y caminó hacia adelante y con la agilidad que representaba, detuvo su cuerpo colocando fuerza en sus huesos calcáneo de ambos pies, quienes detuvieron su cuerpo y ella suspiró, con temor y observó a su alrededor. Todo el mundo lo miraba y la única mirada que le importó era la de él.. Sus mejillas estaban rojas, pero sus modales, a comparación de otras personas, estaban primeros y hizo una pequeña venia para todos los presentes — Bue-buenas Saga-Kun, Yoko Nee San y Hirai San..¿Y no le han enseñado en la academia a saludar primero? — Dijo con una sonrisa, Cho era tímida, le avergonzaba muchas cosas pero primero estaba su moral por encima de todo.. [...]