— Como cualquier joya u arma, seguiré protegiendo u adornando a su hija hasta que ella lo necesite o desee. —

— Eso es mucho más útil que la admiración superficial. Reitero mi interés en ti, eres una joya. Espero que te quedes con Leah por mucho tiempo más.

— La admiración sobra para ustedes, no es algo que busquen ni que necesiten cerca, me limito a ser la espada de su hija. —

— No la dejarías ni un minuto sola para admirarla, en lugar de cumplir tus deberes. Es cierto, jm, jm. Hay pocos como tú.

— Si fuese a distraerme por "atributos llamativos", no merecería ser el guardián de su hija, creo que es de las contadas cosas buenas que poseo. —

— Ciertamente es algo a lo que acostumbro, recibir halagos sobre otros "aspectos". Vaya, vaya, tienes mi atención ahora, guardián de mi hija.

— Algunos posan su vista en las zonas comunes, yo disfruto de ver lo que hace resaltar a los demás, son muy rojos, van bien con usted. —

— Vaya pero qué caballerosidad la suya. — Nadie le había dicho eso antes así que lo toma como halago. (?)

— Me gustan sus cuernos. — No sabe si cuenta como halago. (?)