31-35, M
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DarkHera · F
Felicidades!!!
… Pero no morí; Drogon tampoco murió.
Fue la respuesta escueta y dura que dio, apretando los dientes. El Lannister era su Mano, con justo derecho a hacerle notar sus fallos y desaciertos. Mas esta vez no lo aceptaba: por una sola y primera vez desde que llegaron a Westeros, atacaban y vencían; se acercaban por fin al propósito inicial. Considerando las últimas ocasiones en que actuó ciegamente bajo consejo del hombre, empezaba a pensar que Lady Olenna tenía razón: a veces había que desobedecer a los hombres sabios y seguir los instintos.
No le tengo miedo a las repercusiones; ese papel le toca a Cersei Lannister. Era hora de que viera y sintiera por fin el yugo de los Dothraki y mis hijos.
De reojo, con una altivez innata (e inconsciente), notó cómo el ejército representado por figuras caía bajo la mano de Tyrion, y fue apenas que cayó en cuenta: tanto la casa Tyrell como la casa Martell serían pronto nada más que un recuerdo de lo que fue un estandarte fuerte e influyente.
Debía elaborar una estrategia cuanto antes; refortalecerse, no sólo en números sino en influencias.
Viajaremos al Norte.
Sentenció con absoluta seguridad, dándose la vuelta para contemplar la amplísima, fría y agreste superficie del mar.
Fue la respuesta escueta y dura que dio, apretando los dientes. El Lannister era su Mano, con justo derecho a hacerle notar sus fallos y desaciertos. Mas esta vez no lo aceptaba: por una sola y primera vez desde que llegaron a Westeros, atacaban y vencían; se acercaban por fin al propósito inicial. Considerando las últimas ocasiones en que actuó ciegamente bajo consejo del hombre, empezaba a pensar que Lady Olenna tenía razón: a veces había que desobedecer a los hombres sabios y seguir los instintos.
No le tengo miedo a las repercusiones; ese papel le toca a Cersei Lannister. Era hora de que viera y sintiera por fin el yugo de los Dothraki y mis hijos.
De reojo, con una altivez innata (e inconsciente), notó cómo el ejército representado por figuras caía bajo la mano de Tyrion, y fue apenas que cayó en cuenta: tanto la casa Tyrell como la casa Martell serían pronto nada más que un recuerdo de lo que fue un estandarte fuerte e influyente.
Debía elaborar una estrategia cuanto antes; refortalecerse, no sólo en números sino en influencias.
Viajaremos al Norte.
Sentenció con absoluta seguridad, dándose la vuelta para contemplar la amplísima, fría y agreste superficie del mar.