-Una sonrisa se poso en sus labios, se acomodo frente a el, de rodillas y tocando la saya, el orgullo podia notarse fluir en las pupilas de la mujer, la sonrisa con burla y seguridad de sus palabras-
Ya veo...lo que deseas es cumplir mis plegarias...pero sigo siendo mas fuerte, no puedes ganarme...y no voy a morir a manos de alguien que no pueda vencerme.
-Sus labios chocaron con los ajenos, firmes y llenos de seguridad, queriendo transmitir aquella paz hacia el contrario. Aquel ente no era el unico aliado de la obscuridad-
Ah mentora... Me alegra que usted si pueda comprenderme. Hágalo entrar en razón~ A cambio yo cumpliré ese deseo que abandonó hace ya tiempo pues si algo compartimos él y yo es el amor que sentimos por usted.
- Al posar la mano en la saya, Scathach pudo oír perfectamente una voz similar a la de el albino, pero más fría y afilada. Como la de aquel que busca infundir miedo en forma de un susurro en la oscuridad -
Je.... Es sorpresivo, que sienta este miedo al oír su voz tan similar - mencionaría alzando la cabeza - ...Pero lo haré: será mi arma. Pues no le dejaré hacer lo que quiera con la persona que amo
Nunca podras controlarlo si no dejas que salga de ti, tener ese tipo de sentimientos solo nos hace debiles. Si tu alma es fuerte...no podras ser consumido por su fuerza
-Responde posando su mano en las ajenas, sobre la funda de su espada-
- El albino sabe a la perfección el rostro que ha puesto su maestra. Lo ha visto demasiadas veces tras entrenar, en esos dejes en lo que cree que no puede verla. Es por eso que no voltea la mirada a ver su rostro: ver a su mentora preocupada es algo que no le va muy bien -
No dejaré que me tomé. Sé que debo aceptarlo pero a la vez... Debo controlarlo. No sé que es lo que pasará si sale de mi control y tampoco deseo saberlo... Esta oscuridad debe ser mía para mi dominio.
Crece más fuerte cada día... Ahora entiendo lo que dice. Al principio eran murmullos sin sentido... ahora puedo escucharlo y se escucha como si fuese yo. Pero lastimado, herido... puedo sentir el rencor en su voz.
