"Quién eres" Le pregunté a aquel de atavios, que o podían ser persas o egipcias, lleno de cadenas de oro y sus ropas esmeraldas de largos cabellos ondulados. Él se sentó hacia lo que parecía la bajada a algún punto del enorme templo de color arena y me senté con él en un escalón. Jamás me respondió (...)
Te buscaré toda la vida hasta encontrarte. Que se me vaya la vida en eso.