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Le gustaba llevar de paseo a su esposo, para que sintiera la adrenalina de una loca al volante que amaba la velocidad.
 
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SW-User
—¿Una motocicleta?.— Parpadeó viéndole. Sus falanges acariciaron las caderas de la rusa, sus curvas de infarto que hace que todos los autos en la carretera se descontrolen al verla.

—Nunca he conducido una.— Era raro ahora que lo medita,. el calé ha aprendido muchas cosas en sus años, sabe incluso pilotear un avión, pero nunca una moto, siempre se mueve en autos lujosos.

—Ven aca.~— Se acomoda, y se tuerce lo que se tenga que torcer para poder besarle los labios a pesar de la colocación de sus cuerpos. Se los engulle con placer.
Tss1558005 · F
— Esas palabras, siento que las he escuchado de ti —
Quedo en silencio cuando fue abrazada así, ya no tenía pudor puesto que era su esposo y todo con él lo deseaba, además era una LaSombra ya los tabúes no existían para un ser inmortal.

Se acurrucó luego en su pecho fornido y froto su mejilla ahí.

— A la próxima te toca a ti, quiero ver que tal te va conduciendo.—
SW-User
—A ti no, pero el camión casi lo pierde.—

Se sienta en la moto atrás de ella, y también le da una calada a su cigarro, soltando el aire por los orificios nasales. Le abraza la cintura a la cosaca, y acerca a la contraria para darle calor a su trasero con la entrepierna. Le gusta tanto la adrenalina de como conduce, que está excitado, tiene la polla bien parada.

—¿Esto responde tu pregunta?~ —
Tss1558005 · F
— Ah vamos, Mah ; he conducido en guerra entre trincheras enemigos con armas de todo calibre y minas en el suelo ¿ Crees que un simple camión me haría perder el control? —

Sonrió entre una calada del cigarrillo que tenia entre sus labios, que más tarde libero por la nariz. Se sentía tan bien fumar, era una de las cosas que parecía haber quedado como necesidad de cuando fue humana, claro si es que lo fue. Ni idea tenía de ella.

— Admite que te encanta y te divierte ~ —

Su sonrisa maliciosa jamás desaparecía.
SW-User
Trae los cigarros, de una gasolinería a unos pasos de donde se detuvieron. Él ya viene fumando el suyo, y en su mano derecha trae otro prendido que viene humeando. Lo pone en los labios de la rusa para que le acompañe con el vicio. —Creo que al camionero que rebasaste por ese pequeño espacio casi le da un infarto.—Y de haber estado vivo, también al calé se le paraba el corazón por seguro.

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