—Es lo que sucede cuando llegas al trono, y lo mantienes. El mundo entero empieza arrodillarse ante ti.—

Para él la situación no era tan lastimosa, los Ventrue preferían resolver con exhibiciones de poder menos violenta sus asuntos, pero las batallas se echaban de menos, por eso los entrenamientos con la cosaca era tan divertidos.

—¿Quieres intentarlo con algunos ghouls?— No era su costumbre sacrificar así a sus sirvientes mortales, pero la curiosidad por sus nuevos poderes hace que el sacrificio valga la pena.

— Sí eres moreno originalmente y tus cabellos de color rojo, eres como el sol —

Se quedó pensando y negó, suspirando aburrida. No había ya batallas casi, todo parecía ser diplomático.

— Los seres se han vuelto débiles y cobardes, ni siquiera recuerdo cuando pude usar mis habilidades en verdad.

—¿El aspecto del sol?—Se mira a si mismo. Siempre que le da de beber sangre, su piel se esclarece unos días, aunque nunca llega a ser tan blanco como la rusa. Y ella también se vio con la piel más tostada a veces. Eso si era normal por el intercambio de sangre, y por el vinculo mágico que estaban formando al mezclarse.

—¿Tus poderes actúan normal? ¿Se han amplificado?—

Humanoide .-

— No, cuando ocupo obtenebración sólo soy un ser hecho de oscuridad o un monstruo humanidad.¿ Así parezco algún tipo de ser de cuento de hadas?

Verse como una deidad o ente elemental le hacia sentirse femenina que le retorcía el estómago. Se sentía débil con esa forma a pesar que ni siquiera había probado lo que podía hacer. No obstante lo miro y rió suave.

—Ahora tu pareces el aspecto del sol y yo de la noche, tranquilo creo que se pasará. Quería pasear por las sombras y paso esto.

— ¿Puedes desprender esa oscuridad de ti como con tus ropas?—

Aprieta su mano para sujetarse a ella con fuerza, intenta no verse preocupado, pero tampoco entiende nada. Por primera vez en muchos siglos, no tiene respuesta para algo. Ningún vampiro que él haya visto ha tenido una transformación así.

Mira sus estrellas, su luna.

— Esperaremos un tiempo, o si no buscaremos a los magos. Tal vez ellos tengan respuestas. — Acaricia su mejilla.

— ¿Qué hago?

Podía ser tocada, pero su interior era como una nebulosa de estrellas y la gravedad a su alrededor se anulaba , tras verse como sus cabellos parecía flotar en el mismo espacio junto con su cuerpo.

Le tomó de la mano mirando curiosa a su esposo, tocandose el rostro.

— Me siento igual pero me puedo ver por dentro y estos brazaletes jamas los he tenido.

Tal vez ambas, no lo sabe el calé, que le sostiene una mano, impresionado porque también es la primera vez que ve algo así.