Quedaron, porque se mete a la parte honda. Salen hechos una sopa, con los cabellos empapados —¿Qué? ¿No te gusto mi alberca? — Le sonríe.

Ahí le golpeó en los hombros, había quedado completamente empapada.–Jm—

—Lo entiendo muy bien. — El tour parece normal, le enseña las partes más importantes del palacio. La recamara principal, donde van a descansar, el lujoso comedor donde se sentaran a comer y beber aunque no lo necesiten.

Al final la lleva a la alberca, y le abraza las piernas para que no pueda levitar cuando se mete dentro, empapando a su contraría con la travesura.

— Me parece que lo entiendas — Se deja llevar por él a pesar que ella podía levitar encima de él, de todos modos no pesaba casi a pesar de su altura.

—El precio de un buen trato. — La mira a lo alto, además el calé no se iba a inconformar de tener el rostro entre sus pechos. La da un tour por todo el palacio.

— Eres más cómodo ¿No querías un trato? También me toca a mi — Sonrió lobuna ante él.

Lo sabe, pero de alguna extraña forma, le gusta que lo haga. —Tengo caballos en el palacio, no tienes que usarme a mí de uno.—