About Me About Me Notes
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StevenBrown · M
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Entrecerró los ojos, y se apoya contra el mismo muro. A un lado del cadáver, este se deja caer para quedar sentado. Sus manos se posan sobre su propia cabeza, y solo suspira... Tratando de sobrellevar el dolor y la impotencia de tener que ser lo que era desde hacía ya varias décadas. Un monstruo.
StevenBrown · M
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¿En qué año me encuentro?
Vivir como una criatura de la noche era lo peor para un ser como él. Un vampiro. Saber que tenía que beber sangre de los vivos si quería sobrevivir. Había épocas en que él simplemente quería dejarlo todo, abandonarlo todo y rendirse. Solo que cuando esos momentos llegaban, Steven no podía evitar pero dar un paso atrás. Sentiría algunas lágrimas rodar por sus mejillas, y lo odiaba. Ese sentimiento, esa sensación. Era como la vez en la cual su maestro le convirtió en lo que hoy día es. Podría haber elegido la muerte, pero no lo hizo. Porque no quería, no podía. Aún no.
Ah, si... Steven se consideraba una peste para la humanidad. Y si fuera alguien 'bueno', dejaría que otros acabaran con su vida. Aún así, el simple hecho de pensar en cosas tan oscuras le hacía reírse internamente, y esto era porque su maestro simplemente no dejaría que eso pasara. Demasiado obsesionado con él, estaba.
"Ugh..." El gruñido se escapa de lo profundo de su garganta, mientras sus garras se clavan en la húmeda tierra. Él recuerda haberse puesto a dormir en un área segura una década atrás, pero no puede asegurar si las cosas seguían igual allí afuera, o no. Su cuerpo débil y hambriento se deja caer después sobre aquel terreno, y busca recuperarse en lo que pueda antes de volver a ponerse de pie.
Él sabe que alguien tendría que morir esa noche, y si tenía suerte, sería alguna persona que ya estuviera al borde de la muerte, o simplemente algún anciano. Deseaba y luchaba contra sus instintos de depredador al punto de doler, y el único confort que tenía era pensar el que, gracias a ese sueño, varios tuvieran que evitar tener que encontrarse con él. Gente que sobrevivió a su hambre, por así decirlo.
Tenía que convencerse a sí mismo que valía la pena el esfuerzo.
Avanzó por las calles como pudo, aún sintiéndose débil en su condición pues acababa de despertar de aquel sueño, era más que suficiente para hacerse con alguna victima que le ayudara a sobreponerse en este momento. Lamentablemente su estado le impide que logre enfocarse en 'detalles', detalles que para él eran importantes. Como por ejemplo, saber si una persona se encontraba enferma al grado de que fuera a morir prontamente. El hambre de años le ciega, y a lo lejos puede oír el latir de varios corazones. Cosa que lo desespera, llevandole al borde de la locura. Sus oídos le rechinan y hasta podría decirse que puede saborear la sangre en la punta de la lengua.
Dios... como necesitaba alimentarse y ahora.
Al menos puede distinguir un niño de un adulto debido a la altura, por lo que apenas logra divisar a lo que él consideraría un adulto, caminando en la vereda en una calle poco transitada y por demás oscura, el vampiro no pierde tiempo para abalanzarse sobre este ser, y arrastrarlo hacia el callejón oscuro en el cual ahora se encontraba. Escondido en las sombras, tal cual depredador buscando y esperando por su presa.
Sus colmillos se hunden en la cálida piel de manera tan sencilla que le causa placer. Y mientras el humano trata de gritar y pedir por ayuda, se siente impotente dado el agarre de su atacante era sumamente poderoso. No puede gritar porque así mismo el vampiro le cubre la boca y nariz con una de sus manos, llegando a herir la piel con sus garras. Pero a Steven esto no le importa, dado no puede controlarse, no ahora. De su garganta salen gruñidos suaves, casi gemidos debido al deleite de aquello, el sabor de la cálida sangre tras años de no haberla consumido, el latir del corazón de su víctima, fuerte y acelerado. Sabía que su vida estaba en sus manos y la sensación era simplemente abrumadora para lo que está acostumbrado. Este no bebe hasta la última gota, y antes de que el corazón humano dejara de latir él ya estaba dejando caer el cuerpo al suelo.
Steven aún necesitaba un cambio de ropa y un buen baño, pero solo saber que al menos ya había consumido algo de lo que más necesitaba, ahora le tranquiliza un poco... Como así mismo también le sienta horrible.
Al bajar la mirada logra percatarse que su víctima había resultado ser una mujer. Era joven, pero no lo suficiente como para dejarle el ánimo por los suelos debido a la culpa. Siempre se sentiría feo de un modo u otro, matar no era algo que a él le gustara hacer. Pero ¿qué hacer cuando no se puede controlar el instinto? ¿La necesidad?