Se estremeció. Sentía que sus fluidos se combinaban con el agua que los acompañaba. Se sostuvo de los hombros ajenos y se dejó levantar por él. La pared seguía fría pero eso ya no importaba realmente. Supo entonces que no sería una sesión de sexo fuerte como lo habitual, no, esa vez, en esa ducha, Law estaba hablando y actuando con su corazón. Respetó eso y le acarició los negros cabellos de su nuca. La intimidad de la mujer estaba lista, húmeda y dilatada para recibirle como siempre, pero esta vez de una forma bella y diferente. Fue penetrada por toda su longitud viril lentamente dejando que el placer se elevara por todo su cuerpo. Suspiró con placer y la lujuria se liberó en la ducha. Unidos nuevamente en un coito difícil de explicar, maravilloso y eterno. Lo miró a esos preciosos ojos grises y tristes. Le tomó de las mejillas y soltó un gemido desde la garganta, suave y sedoso, con la expresión excitada, con la presión de sus interiores y esperó por él.
─Law...-