El mundo se detuvo cuando él la tomó por la cintura. Ambas desnudeces ahora convivían y sus alientos se mesclaban con el vapor de la ducha. Ella, colocó las manos en los hombros del pirata y le escuchó sin dejar de temblar. Entrecerró los ojos preparándose para recibir el ya anunciado beso mismo que aceptó sin reclamo ni reproche. Sintió como su corazón dio un giro por las palabras y el contacto. Le abrazó por el cuello y concretó un dulce ósculo que duraría hasta que el agua saliera fría, o al menos eso quería ella. Podía sentir sus manos acariciar su trasero y su cuerpo no pudo resistirse, comenzó a excitarse por semejante ejemplar masculino. Se detuvo un poco parándose de puntas, rozando sus pechos con él, tan aplastados que el contacto comenzó a ser lascivo.
Volvió a atacar la boca de Law con cierta intensidad, abrazándolo con más fuerza por los hombros y mordiendo sus labios ligeramente. Él podía culparla de lo que quisiera, él podía hacer con ella lo que quisiera.