—Me debes muchas cosas Mitsu y ninguna es dinero.— Se sentó junto a él y hasta ahí llegó el rol porque lo están roleando en otro lugar y Mia es una colgada [?]
Touya sólo tomó las órdenes de pie de limón, pastel tres leches y un capuchino para Mía. Lo anotaba todo de manera presurosa en un pequeño bloc que guardaba en su mandil.
—E-eh... ¿q-qué? N-no sé... ya... ya regreso. — no entendía de la conversación entre ellos dos. Recientemente se había encontrado con su hermana Mía y la conocía igual de poco que a Mitsu. Al poco rato se escuchaba la máquina de café, para hacer dos capuchinos, los cuales decoró con un corazón en la espuma, y así, se acercó con las porciones de pastel y de café, dejándoselos a cada uno al frente. Hizo una reverencia hacia los dos antes de irse a atender otros asuntos en la cafetería.
Se cruzó de brazos parpadeando varias veces seguidas, sin entender nada, miró a las hermanas una y otra vez esperando tener alguna pista. — ¿Yo te debo algo así? —
...Se le quedó observando sospechosamente de nuevo a Mitsutada, no quería ser una aprovechada pero no pudo evitarlo. —¿Tienes capuchino aquí? Si no, bueno... Con eso es suficiente. Digamos que creo que me debe algo así Mitsutada...—
Escuchó a ambas mientras pensaba, poco después decidió caminar hacia los mostradores, inclinó su torso hacia adelante aún sosteniendo su barbilla con un dedo y observó los pasteles en cuestión.
— Todos se ven deliciosos, supongo que será un pastel de 3 leches y un pie de limón. No sé si Mía quiera algo adicional aparte de eso. —
Touya estaba limpiando los mesones, organizando las bandejas y servilleteros. Era la única trabajando en ese pequeño local de cafés y pasteles. Habían disponibles: pie de manzana, pie de limón, pie de nuez, tres leches, selva negra, biscocho de vainilla, pastel de queso con mermelada de fresa, y por último, tartaletas de duraznos. Además, pequeños dulces de chocolates, budín, bombones de chocolates y variedad de galletas.
Observaba a los dos desde detrás del mostrador, así que fue hacia ellos y les señaló una de las dos mesas que había en esa pequeña pastelería.
—¿Cuáles te gustan a ti Mitsutada? Quiero... Me gusta el pie de limon, de nuez. Pasteles... El de tres leches, es sano ¿Tendrán?— Se quedó buscando si habían de los que nombraba.
Se quedó un rato distraído viendo a la peliazul limpiando los mesones, adoptó una pose pensativo con un dedo encima de su barbilla. Luego de un minuto se acercó a la del disfraz de rana. — ¿Y bien? ¿Ya te decidiste por el pastel que quieres? —
No entendía de que forma debía pagarle, quería detener aquella situación pero ya se había ido bastante rápido, así que no pudo detenerla. Mantuvo aquella mirada juzgadora en Mitsutada, aún así trago saliva. —Gracias... creo.—
-Solamente asintió y esperó con las manos en el mandil mientras él decidía. Veía de soslayo a Mía aunque le daba miedo que la vaya a regañar o gritar- M-me avisa, ¿v-vale? -se giró y se fue a paso rápido a limpiar los mesones, se ponía nerviosa con desconocidos-
