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RsK1579516 · F
Luego de darle el plato había acomodado una silla para estar cerca de él, lo suficiente para seguir observándolo, después de verlo en tan mal estado unas horas atrás había sentido una punzada de tristeza, Tomoe había echo mucho por ella, él tenía razón cuando se refería a ella como una inútil.

—Realmente estoy viviendo una vida cómoda. Aunque he tenido miedo muchas veces después de convertirme en Diosa no se compara a mi vida antes del templo. Aquí siempre estoy acompañada, hay comida en mi mesa y siento que de verdad estoy mejorando cada día. Hacer esto no es nada comparado a lo que tu haces por mi. Onikiri, Kotetsu y las personas que he conocido hasta ahora son algo que no quiero olvidar. Seguiré esforzándome para ser una buena Diosa, .—

Se había vuelto dependiente a esa buena vida y quería recompensar sus atenciones mientras aún pudiera hacerlo.
[code]Sin embargo aquella chiquilla, ni siquiera había sellado el lazo divino con él y aun así por decisión propia Tomoe había permanecido cuidándola sin ninguna clase de atadura, el esfuerzo que había puesto por mantener el templo, su inutilidad aunque perseverancia con los talismanes y el hecho de que ni siquiera hubiese intentado forzarlo a ser su guardián y más sin embargo seguirle ofreciendo el santuario habían emblandecido ligeramente el corazón de Tomoe, había resultado ser una humana entretenida y un tanto interesante y ahora mismo se encontraba cuidando de él.

No estaba seguro de como disculparse así que mientras Nanami preparaba aquel postre Tomoe se había puesto a tejer un gorro gatuno rosado con una flor de loto de tonalidad durazno decorando.

Estoy en deuda contigo, Nanami. [/code]
[code]Tomoe no era estúpido, observo el semblante triste de Nanami y de inmediato sintió un sentimiento que jamás había sentido por ningún humano, culpa.

Nanami había llegado al santuario de Mikage sin un hogar y cargando con una responsabilidad que no le debería de corresponder, al inicio no pudo sentir más que desprecio hacia aquella niñata que se atrevía a querer tomar el lugar de su amo y señor, aunque probablemente todo aquel rencor y resentimiento que expresaba por la humana no era más que el dolor que sentía por haber sido abandonado por Mikage, 100 años de servicio tirados a la basura, era humillante reconocer que por un minuto se había llegado a sentir insignificante. El lazo divino que había sellado con Mikage tenía un porque y esa razón era lo que lo había motivado a esperarlo durante 20 largos años.[/code]

RsK1579516 · F
Trato de que el plato que llevaba en sus manos se viera lo más pulcro posible aunque no se había dado cuenta que ella misma era lo contrario a lo que anhelaba. Apareció ante Tomoe con una nueva sonrisa, más relajada y con un par de manchas de harina en sus mejillas.

—Tienes que comer despacio, si puedo hacer algo más debes decírmelo.—

Dejo el plato en la mesita de noche y procedió a retirar el paño que había en su frente, aunque estuviera haciendo cosas básicas era consiente de que no sería suficiente, estaba segura de que una llamada a Kurama ayudaría a que se disiparan sus dudas. No se lo diría a Tomoe, esperaría a que volviera a dormir de nuevo para poner su plan en marcha.

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RsK1579516 · F
No pudo evitar recordar a su padre, había vivido una vida junto a él llena de dificultades e incluso al final la abandono pero aún con esos actos Nanami no odiaba a su padre, estaba preocupada por él y sabía que cuando pudiera verle de nuevo tendría el tiempo suficiente para regañarlo y abrazarlo.

Su expresión se ensombreció un poco y sintió pesadez en sus facciones, no quería mostrarse débil en ese momento así que ignoro sus palabras y se arremango la camisa mientras aplaudía, tratando de espabilarse y distraer a Tomoe para que no se diera cuenta de sus pensamientos.

—¡Haré el mejor pastel de arroz!—

Mientras se iba esta vez el recuerdo de su madre la invadió dándole un poco de la fuerza que necesitaba. Ya estando en la cocina, se coloco un delantal y cubrió su cabeza con un pañuelo poniéndose manos a la obra a pesar de no saber donde estaban la mayoría de las cosas, consiguió preparar los pastelitos, sintiendo como si su madre estuviese en ese momento con ella.

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[code]Sí que había caído bajo, una humana incapaz de hacer florecer cerezos, la tarea más básica, cuidándolo, la fiebre no parecía disminuir y aunque Nanami se esmerara necesitaba más que simple reposo. Tomoe le observo y sin darse cuenta se encontró pidiéndole un favor.

Nanami, ¿me podrías preparar, pastel de arroz?

Tomoe ahora mismo se encontraba en su forma más vulnerable, ¿Por qué lo estaba ayudando? Aquella absurda generosidad le recordaba a aquel Dios infame que lo había abandonado, pero por alguna razón ella se sentía igual de cálida.

No deberías de preocuparte tanto por alguien a quien apenas conoces, las personas podrían aprovecharse de esa absurda bondad. Pero, gracias. [/code]

RsK1579516 · F
—Tomoe, espero que hayas considerado mi petición. No quiero terminar dándote una orden para que lo hagas en contra de tu voluntad. Pero definitivamente lo haré si veo que sigues en ese estado.—

Se planto delante suyo con los brazos cruzados, luego de que hacía un momento le dejara porque no podía seguir refutando sus palabras sin terminar enojada. Aunque ahora estuviera amenazándole jamás volvería a intentar darle ordenes por capricho, aún así eso no quitaba el hecho de que podía usarlo a su favor y tratar de convencerlo de que su amenaza era real.

—Así que por favor, deja de actuar como un niño y ven a recostarte un rato. —

Dicho esto, Nanami se hinco en el futón de la habitación, sonriendo de forma cálida mientras extendía sus brazos, demostrándole que realmente quería ayudarle.

—Confía en mi. —


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