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𝐶𝑎𝑛𝑑𝑦 𝑐𝑎𝑟𝑖𝑛̃𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑟 𝑡𝑢 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒 𝑦 𝑦𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑎𝑚𝑜𝑠 𝘩𝑎𝑏𝑙𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜.
 
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𝑬lla entendía lo que estaban tratando de hacer para que lograra comprender las situaciones en las que debía de no meterse, pero no dejaba de pensar en las resultaba ser muy extremo, mas quejarse nunca seria de ayuda estaba en la casa de sus padre, vivía bajo su techo por lo tanto debía acatar sus reglas.

Levanto su mano para llevar su fleco hacia atrás dejando ver su frente. Es muy...— Intento hablar pero escucho las palabras de su madre y luego miro aquellas Escolopendras de su padre observarla de pies a cabeza, era como ser enmasillada por una bestia sin pudor, ser vista como un alimento para el consumo. Les diré para que estoy castigada que no pueden ir a la cabaña tampoco.— Había aceptado su castigo por lo que su miraba volvió a bajar aunque sentía con lujo de detalles las 6 miradas sobre ella.
Debes entender que eres nuestro tesoro mas preciado y si algo te llegase a pasar por tu imprudencia por no saber los riesgos, nos destrozaría.

Dio una calada a su cigarro manteniendo el humo en sus pulmones, estaban hablando seriamente; querían el bienestar de su pequeña y debían hacérselo entender tomando las medidas necesarias para cuidarla. Apaga el cigarro y lo dejo en el cenicero sujetando la mano de su pareja para corresponder el beso con cariño.

Es mejor que le digas a todos que no pueden ir a visitarte aun si están en el laboratorio la área donde esta tu habitación estará custodiada por ellas. Señalo a las Escolopendras de su esposo incluso las misma bajaron la cabeza buscando atención de Cinnia. Sus ordenes son atacar a matar recuerdalo muñequita así que has caso y mantelos a la raya.

Sin mas que agregar afirmo para ir a llevar a su hija a su habitación.
Bueno dulcecito debes aprender que no puedes poner tu vida en riesgo además de que tú estado siempre es delicado me romperías el corazón si te vuelvo a ver herida. -Cruzo de brazos con una mirada algo penetrante sus ojos se le iluminaron cómo par de zafiros dando aclarar que está vez si estaba hablando encerio.- volveré a repetir esto, las escolopendras que vez aquí no seguirán tus órdenes es todo lo contrario te ven como una intrusa candy estarán custodiando personalmente tu habitación en dado caso que haiga una visita inesperada su fuerza es equivalente a la de un prototype de tipo normal y nos avisará de tu condición vale ? -Volvio a suspirar pero está vez apretó un poco la mano de su pareja y le giro el rostro para besarle los labios y cuando se separó dijo lo siguiente- tini mii que opinas tu dejamos a candy en la habitación?
𝑪andy abrió sus parpados con asombro ¿¡Que acaban de decirle!? Sintió como su mandíbula se destrababa. —¿Toste?— La iban a dejar sola ¡Encerrada en su habitación! Otra ves, jadeaba llenado sus amatista de lagrimas cual perlas que caerían por sus pómulos el pensamiento que no vería a nadie por una semana ¡Una Semana! Aquella noticia tenso todo su cuerpo emitiendo vibraciones que afectarían la electricidad... No le gusta, pero si se negaba o objetaba seria peor el castigo, era la primera ves que notaba la seriedad en las palabras de sus padres notando la llegada de aquellas escolopendras.

Reconoció una de ella, la seguía mirando como botana y las otras tres eran... ¿Estarían acaso ellas vigilando la puesta de su habitacíon tambien? o solo era para cuidarla cuando saliera.
Dejo salir una cantidad de humo de sus labios haciendo que tornara la forma de una calavera, atenta miraba el comportamiento de su pequeña dando de ves en cuando una mirada hacia su compañero de vida pues no lo va a admitir pero le queda bien ser un poco estricto.

Estarás recluida en tu habitación 0 visitas, tu cuarto sera sallado y la clave solo la tendremos tu padre y yo nadie mas eso nos permitirá saber que nadie entrara.

Entrelazo sus dedos con los de su pareja mientras hablaba sintiendo la tierra temblar cuando aparecieron las Escolopendras mas antiguas del laboratorio.
Bueno dulcecito tu madre me explico todo lo que sucede al respecto pero estás son mis condiciones ya que aún vives con nosotros no quiero visitas por una semana quiero que reflexiones y que no te coloques tanto en peligro sabes? Procedo ante las reparaciones y nuevas modificaciones del laboratorio y no quiero que salga de la habitación mi última palabra no quiero ni ninjas metálicos ni lobos ni otro que se le ocurra a visitarte -tomo la mano de su pareja mientras chasqueaba sus dedos para hacer aparecer 4 escolopendras de las profundidades del laboratorio-





Estarán cuidándote pero debes estar conciente de que no te obedec
𝑬levo su mirada de golpe al escuchar que estaba castigada, tomando un profundo respiro antes de que se tornara en contantes jadeos cortos que mantenían a ralla su deseo de llorar, respeta a sus padres, respeta sus decisiones, pero...
Volvió a bajar su mirada para mirar sus manos antes de
mover poco a poco sus rodillas para quedar frente a sus padres bajando su torso para pedir perdón y mostrar su respeto. Perdón no tengo excusas para mi comportamiento me he puesto en peligro hasta preocuparlos pero ¿Quien espera salir herido en un paseo?—

Pregunto levantándose de aquella posición para volver a donde estaba, asumía su responsabilidad mientras dejaba caer algunas lagrimas.
El castigo se basa en que han habido accidentes que te han puesto en riesgo, mi niña debes recordar que eres delicada no eres como los demás de la familia.

Suspiro por el comportamiento que mostraba, solo estaban hablando nada más pero aun así se mostraba la seriedad del asunto; no quieren perderla. Tomo de la cajetilla de su pareja para fumar un poco, ya se estaba molestando al sentir la presencia de alguien.

Estarás en el laboratorio, sera modificado pero por una semana no podrás salir del.
Además de que estás castigada dulcecito -Sigue fumando viendo a su hija tranquilamente.- has puesto tu vida en peligro 2 veces y dejaste que las bestias de Abraham te atacaran
Mami, papi ¿Estan molestos conmigo?— Estaba sentada de rodillas juntando sus pies de manera nerviosa sin mencionar que sus ojos estaban clavados en sus muslos, entrelazada los dedos de su mano los separaba y así mandando señales con su lenguaje corporal del nervio que sentía.

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