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¿Si? Se dio cuenta lo que estaba apunto de hacer, relajándose una ves sintió su mano sobre su mejilla. Esta bien Kin.chi Cerro sus parpados para que sus ojos regresaran a la normalidad.

Resoplando al ver como su pequeña, fue hacia los insectos a pedirle sus sonajero de una manera tan cómica, que solo miro de reojo a Kin para ver su reación , sacando de su escote su celular para grabarlos a ambos.
Al ver los ojos de sus madre se sorprendió, no sabia que podía hacer eso, después de todo aun le quedaba tantas cosas que aprender de ambos; miro a los insectos y da manera que parecía a la de un pequeño pingüino al caminar fue donde los insectos. Nitos mi sonaja pofavo
Espera Tini mii. -Dejo de acariciarle para tomar una de sus mejillas intentando calmarla, antes de que le diera la orden a sus insectos y giro para ver a su dulcecito.- mi vida si se los pides amablemente ellos te los darán recuerda que en parte son tu familia y te están cuidando.
Inclinaría su cuerpo para pasar su mano por debajo del mentón de su pequeña, consintiendole un poco mas. A ver, a ver ¿que sucede?

Miro a los insectos con el sonajero que le habían regalado, por lo que coloco los ojos carmín para con la gargantilla dales una orden, llevar y entregar aquel juguete por supuesto que, por dentro sentía un cosquilleo debido las caricias de su esposo.
¿Que estaban haciendo sus padre? ella quería participar también, convivir pero se aplaco cuando recibió los mimos de parte de su padre, sonriendo alegremente para con su manita señalar que tenían su sonajero, los estaba acusando.
-Con una de sus manos acaricio la cabeza de su pequeña con una sonrisa mientras que con la otra tomo el trasero de su pareja para acariciarlo al compás de las acaricias de su dulcecito, equilibrado cómo tenía que estar pero claramente acariciaba a su pareja con disimulo- mi dulcecita ya no es hora de dormir?
Se separo de los labios de su pareja cuando noto la presencia de su pequeña, dándose cuenta de aquella curiosidad, por lo que pokio el rostro de su esposo para que volteara a ver, tenían una linda escolomprina mirándolos fijamente.

Kin.chi mira a quien tenemos aquí.
Corría al rededor persiguiendo a unos insectos porque se llevaron su sonajero, pasando justo en el momento que sus papás se basaron, haciéndola pensar que estaban diciendose un secreto, de esta manera fue y pudo sus manos sobre las rodillas de su madre.

Es una escolopendra astuta, muy, pero muy astuta pero como correspondiendo aquel beso con suavidad dejaba a ver cuanto le amaba.
-se hizo el dormido pero se delató cuando le respondió al beso-

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