── Dime ¿estas lista? Si es así respira profundo, da
un paso al frente, dile con claridad, y respetuosamente lo que deseas que haga. Y en caso que quisiera pasar a mayores ella estaba con ella para apoyarla, pues la prioridad para ella siempre seria su bienestar
intentar amablemente pedirle que se vaya ya que no se ve hostil, tercero y en dado caso podrías decirme si ves los lazos.
Explico con cuidado luego cuando aquel ser se fuera seria el momento apropiado para ser mas detallada por el momento lo importante era que regresara ese espíritu a donde pertenecía y si su pensamiento estaba en lo correcto solo se equivoco de puerta pues la duda razonable de que su hija lo hubiera hecho adrede era nula, inexistente por decirlo menos.
Pero era el momento de que ella hiciera lo que era debido además era mejor que lo aprendiera a hacerlo ella misma, a que Viviana lo hiciera pues si volvía a pasar y ella no estaba ya tendría una base para afrentar la situación como era debido y no tendría miedo o duda permitiendo así que su control fuera mucho mas palpable e estable. [...]
Abrí una puerta, entonces por eso esa cosa quiere entrar aquí.
Miro a su madre agachada teniendo sus manos sobre sus hombros dándole a entender que sus palabras eran serias pero la cuestión o su pregunta estaban en ¿Cómo podría regresar eso o cerrar la puerta? Sus ojos brillaron un momento antes de ladear un poco su cabeza para mirar aquella mano nuevamente.
En ningún momento apartaba sus ojos de aquella mano, seguía cada uno de sus movimientos tratando de descifrar el porque de su presencia llegando a la conclusión de que su hija había por fin despertado su don pero ¿Por qué ahora? Su pequeño cuerpo aferrado a la esquina de su vestido podía indicarle que estaba nerviosa si no fuera por como se encontraba tan calmada, le sonrió, colocando su mano sobre su cabeza acariciando un poco su cabello.
── Tranquila parece que se confundió porque mi
niña lo que hiciste fue abrir una puerta.
Y si nos remontamos a las leyendas las puestas Torii tienen muchos significados arraigados a ellos, pero nunca pensó ver algo asi con sus propios ojos, giro un poco para quedar de frente a su hija y agacharse a su altura.
── Escúchame Tinick Cinnia tu lo trajiste tu lo tienes que regresar.
Se sintió como una tonta al confundir a su padre con esa cosa, quedándo atrás de su madre pero sujetando su vestido de manera curiosa debido a que esa mano no dejaba de moverse de un lado a otro; acababa de despertar su don de necromante sin darse cuenta pero lo importante no le parecía aterrador.
Esa mano sólo se mueve q-que ¿yo lo traje? Trato de hacer memoria, ella no había hecho nada especial como para que alguien apareciera.Puede irse yo quiero terminar mi dibujo.
Debatía en su interior, una parte de ella quería ir a curosear y la otra no desovecera a su madre ¡Que dilema! Era la primera ves que tenía esa sensación en el cuerpo por lo que tarde o temprano usaria el arma secreta de cualquier infante el "¿porqué?" Y seguramente serían muchos.
── Amore ese no es tu padre. ─ Resaltó sus palabras, dejando la comida en la mesa de noche. ── Ven aquí si... Creo que trajiste a algo o alguien.
La atrajo hacia ella en un movimiento colocandola tras de sí, es aún pequeña para manejar aquel tipo se situaciones pero debe recordar que tampoco su pequeña es tan indefensa, dio un suspiro y miro el dibujo del santuario.
Era una entusiasta cuando dibuja pues a la edad de 6años podría decir que lo hacia bien, a esa hora de la mañana era cuidada por su padre pues no sabía donde se habia dirijido su padre; aunque tiene la corazonada de que estará en el laboratorio, pero en fin cosas de las cuales ya estaba aconstumbrada, lo que no era normal era escuchas el sonido del viento y que este proviniera del dibujó de las puertas de Torii sin minimizar el hecho de que se encontró con la figura de un hombre o una sombra.
Mami creo que papá llego.
Exclamó casi en susurro, es que en cierta manera tenía un aire a el
Hola... ¿Porque te..alejarme?
Tubo que regresar en si, pues la sombra desapareció casi al tiempo que su madre llego, haciéndole caso no sin antes percatarse de la mano que intento tocar su rostro.
La había dejado dibujando en el cuarto mientras se encargaba de hacer el desayuno, aunque sabía que para su pequeña no era necesario alimentarse pero de ves en cuando estaba bien hacerlo.
── Tinick dijiste algo amor.─ Pregunto pues la escucho claramente. ── Ya voy a subir.
Tomo una bandeja donde acomodo los emparejados de Atún y los jugo de naranja, para así subir las escaleras con cuidado quedándose con la sensación de que no estaban solas en casa, debido a eso al girar para poder ver de qué se trataba se le vino el alma al cuerpo.
── Tinick quiero que te alejes del dibujo un momento cariño.
