Sus ojos no dejaban de brillar, tomando aquel collar para colocarse con cuidado al igual que los aretes estos no se los atrevería a quitar, pues realmente le gustaban mucho.
¿Que era? saldría acaso un payasito si era eso ¿no debía tener una palanquita? muchas preguntas, pocas respuesta... Abrió por fin la caja viéndose destellos en sus ojos de felicidad.
Fue como si le reiniciaran el sistema, aquella caja que tenia entre sus manos hizo que sacara a luz su lado infantil; abriendo con cuidado pues le daba pena romper el empapelado mientras a sus espaldas su cola principal sostenía la cadera de su tía indicando la emoción de la Cinnia.
¡Cajita! una cajita feliz!! para mi una cajita feliz ¡gracias!
Cierra sus parpados lentamente para luego abrirlos, respirando como quien dice inhala y exhala hasta que volvió a relajarse haciendo chu chu a los pensamientos en su cabeza; no tenia tiempo para andar de ese modo.
Cuando están tres metros en el suelo no son tanta tirrea.
Mucho es como si les costara ocultar lo que a plena vista es tan palpable.
Tenia la mirada fija en un punto de la nada, calmando su instinto ya que conociéndose sabia muy bien que no repetiría sus palabras una vez mas ya que es mas de actuar que parlotear como gallina. Por lo que mejor era llevar la fiesta en paz con ella.
